Sólo hubo dos rebases en el Gran Premio de Australia, a diferencia de los 26 en la carrera de Melbourne 2016, lo que respaldó los temores de que la mayor dependencia en aerodinámica junto con la reducción en degradación de los neumáticos reduciría los rebases este año.

Antes de la carrera australiana, Todt reconoció que es probable que haya menos adelantamientos en 2017, pero argumentó que lo compensa el espectáculo que dan los autos.

La FIA está dispuesta a reconsiderar la longitud de las zonas DRS después del GP de China, cuando tengan mejor idea de qué tan difícil es rebasar.

Todt sugirió que, a más largo plazo, la Fórmula Uno podría necesitar repensar su concepto aerodinámico para que los autos futuros puedan seguirse más de cerca.