Cuando el nuevo Presidente de la Comisión de Monoplazas de la FIA, Gerhard Berger, batallaba en series menores, la ruta a la F1 era clara. Hoy, con el camino enturbiado por los presupuestos crecientes y una plétora de series compitiendo por la atención, él cree que es tiempo de forjar una ruta nueva y más simple.

Hubo una época, allá por los 80s, en que la ruta de un piloto joven rumbo a la Fórmula Uno era muy clara. Un campeón aspirante se graduaba del kartismo y se mudaba a la Fórmula Ford. Conseguía el mejor auto que podía financiar. Si tenía mucho dinero o parecía un talento excepcional iba a competir al campeonato británico. En caso contrario, intentaría ganar en su propio país y luego buscar el dinero para competir en el Festival FF en Brands Hatch al final de cada año.

Quizás, eso le ayudaría a obtener un asiento en las series británicas la temporada siguiente. Si un joven era exitoso en FF, entonces ascendía a Fórmula 3. Había campeonatos nacionales en varios países europeos y también una serie europea.

Los mejores pilotos se hallaban en Gran Bretaña o Europa. Un piloto que demostraba su talento en la F3 podía ser capaz de saltar directo a la F1, otros tenían que dar un paso adicional de F2, o la Fórmula 3000 que la reemplazó.

Era un sistema fácil de entender, lógico y claro, con lo que las nuevas estrellas eran fácilmente identificables. Campeones de la FF británica como Tommy Byrne, Ayrton Senna y Mauricio Gugelmin, luego se convirtieron en campeones de la F3 británica y subsecuentemente fueron preparados para la F1.

Con el tiempo, el sistema empezó a fracturarse. Ford no apoyó la FF tanto como pudo haberlo hecho, y otras armadoras entraron con sus propios campeonatos. Las series rivales se multiplicaron y las opciones crecieron. También lo hicieron los presupuestos, a tal punto que el piloto que quería aparecer en cualquiera que fuera considerada la serie más competitiva en su momento era rehén de costos que a menudo se aproximaban al de una casa, o dos.

La claridad se perdió en una plétora de series que competían y los costos crecieron exponencialmente. La ruta a la F1 para un piloto joven se volvió confusa y muy costosa.


Gerhard Berger fue uno de los pocos que saltaron directo de la F3 a la F1, junto a pilotos como Ayrton Senna y Mika Hakkinen. Ahora de 52 años, Berger corrió en la F3 alemana en 1982, antes de mudarse a la F3 Europea, donde manejó para Helmut Marko, ahora uno de los personajes principales en el equipo Red Bull Racing de F1.

En su segundo año en la F3 Europea, Berger fue ayudado por BMW para llegar a la F1, con un puñado de carreras en el equipo ATS, que usaba motores BMW. Demostró su talento y fue firmado por Arrows-BMW en 1985. Para el año siguiente, se había ido a Benetton-BM y ganó su primer gran premio ese año, en México.

Fue suficiente para atraer la atención de Ferrari y Berger se integró al equipo italiano en 1987 donde pudo ganar cuatro carreras a lo largo de las tres temporadas siguientes. Su éxito no pasó desapercibido en McLaren y se cambió al equipo de Ron Dennis en 1990, donde su coequipero fue Ayrton Senna.

Berger ganó tres carreras para el equipo de Woking pero decidió en posición de derrotar al brasileño. Se quedó tres años y agregó una novena victoria de gran premio, pero era una época difícil para Ferrari y Berger se cambió a Benetton en 1996 y 1997, donde consiguió su décima y última victoria en F1 antes de anunciar su retiro del deporte, al menos como piloto.

Unos meses después fue designado director deportivo de BMW y supervisó el regreso a F1 de la compañía de Munich con Williams en 2000 antes de entregar el puesto a Mario Theissen. Durante ese período Berger también ayudó a crear la Fórmula BMW, que arrancó en 2002 como una serie juvenil designada como un primer paso transicional entre el kartismo y las carreras de monoplazas de llanta descubierta.

El primer campeonato FBMW fue en Alemania en 2002 y fue ganado por Nico Rosberg, mientras que entre los campeones posteriores estuvieron Sebastian Vettel en 2004 y Nico Hulkenberg en 2005. Al final, surgieron varios otros campeonatos de FBMW del original y sus ganadores siguen subiendo la escalera del deporte.


Luego de dejar BMW, Berger se hizo copropietario de la Scuderia Toro Rosso de F1 y operó el equipo en sociedad con el jefe de Red Bull, Dietrich Mateschitz de 2005 a 2008. Eventualmente vendió su parte al jefe de Red Bull y decidió tomarse un descanso de las carreras.

El año pasado, sin embargo, Berger regresó al deporte motor para ayudar al presidente de la FIA, Jean Todt, su ex jefe en Ferrari entre 1993 y 1995, a establecer una estructura más sustentable para ayudar a los jóvenes a llegar a F1 y en la Asamblea Anual General de la FIA en Nueva Delhi, Berger fue nombrado Presidente de la Comisión de Monoplazas
de la FIA.

“Estoy haciendo esto simplemente para intentar devolverle algo al deporte”, explica Berger. “La Comisión observa todo entre el kartismo y la Fórmula 1 y en este momento encuentro que la pirámide está muy dispersa: hay muchos campeonatos y la atención está muy dividida entre ellos”.

“La gente se queja que los mejores pilotos están hoy dispersos y no puedes ver el campeonato de F3 Británica, por ejemplo, y estar cierto que algún piloto llegará a F1”, agrega. “Actualmente, los mejores pilotos están en distintas partes: uno en F3, otro en GP3, otro en Fórmula Renault o en Fórmula Abarth. El sistema ya no hace lo que se supone que debe hacer, que es darle un CV a un piloto altamente talentoso para que pueda usarlo para progresar a F1”.

“Yo mismo pasé por el sistema, lo he visto por 30 años y estoy seguro que puedo aportar algo al deporte por los contactos que he hecho a lo largo de mi carrera y quizás tenga las fortalezas correctas para ayudar a acomodar lo que se requiere”.

Para Berger, el primer requisito para una ruta clara en la escalera rumbo al pináculo del deporte motor es una F3 más simple. “Lo más urgente es resolver el tema de la F3”, insiste. “Para mi, esta ha sido siempre la clase más importante para los pilotos jóvenes.


Ahí es donde puedes ver realmente por primera vez cuánto talento tiene alguien. Hoy en día, hay demasiado campeonatos, incluso en la misma F3”, dice. “Hay campeonatos nacionales celebrando carreras fuera de sus países y cada serie tiene reglas distintas. Algunos países tienen campeonatos que no son tan fuertes, con solo ocho o 10 autos y otros tienen clases A, B, C, y así sucesivamente.

Y además tienes diferentes reglas de motor. No es la F3 como la conocimos. Esa es el área con la que estamos comenzando a lidiar y lo primero que hice fue introducir un nuevo campeonato F3 Europea FIA”, dice. “Esto no es popular con todos, por que hay muchos intereses encontrados, pero no me importa.

Necesitamos comenzar con una nueva plataforma y esa es el nuevo campeonato. Está saliendo bien. Hoy es importante construir campeonatos nacionales sólidos con las mismas reglas. Ese es el proyecto en este momento y tomará un poco de tiempo”.

Manteniendo la idea de una F3 holística, la siguiente misión de Berger será subir en la cadena alimenticia al paso que está justo antes de la F1. “Hay un problema similar en el siguiente nivel, con la F2, GP2 y la FRenault 3.5”, dice. “No está tan mal como la F3, pero necesitamos estudiar cuál es la mejor solución y concentrar más las cosas. No quieres dictar una fórmula nueva, simplemente quieres crear una fórmula mejor, por lo que la pregunta es, ¿qué significa eso?”.

“Primero, se necesitan reglas astutas para crear una parrilla buena y equitativa”, insiste. “Luego necesitas bajar los costos. Hoy ves que el campeonato F3 británico cuesta alrededor de 1 millón de dólares y no creo que eso sea lo correcto para una fórmula juvenil. Sabemos que la mayor parte del dinero debe ser pagada por las familias y sabemos que no hay muchos patrocinios disponibles, así que eso es muy importante”.

El nuevo presidente de la comisión también está consciente del hecho que actualmente no hay series adecuadas disponibles para los jóvenes que se mueven del kartismo a las carreras de monoplazas y acepta que le gustaría ver que se estableciera una serie similar a la FBMW. “Nos está faltando algo entre los karts y la F3, llámalo Fórmula 4, si quieres”, dice. “Estamos trabajando en ello.


Obviamente, tengo algo de experiencia porque estuve involucrado en la FBMW y salió muy bien, aunque se hizo muy cara. Pude ver que iba mal cuando dejé BMW. Debe tener un costo razonable. Debe ser segura, y los pilotos deben aprender sobre aerodinámica.

No debe ser muy compleja, pero tiene que ser un reto, para que ellos puedan aprender. Ese es el tercer proyecto. Un chico bueno en karts debe ser capaz de ganar al nivel FFord. La FBMW era una fórmula buena. Tenía un auto bueno de apariencia moderna”.

Es un sistema simple, aunque lleno de complicaciones con las que se tiene que lidiar, tales como los intereses de un número de series, todos compitiendo por los presupuestos de los pilotos jóvenes, pero Berger es insistente en que el deporte motor tiene que ser simplificado y volver a las bases.

“Creo que todas estas categorías paralelas enturbian el sistema”, dice. “Deberíamos tener una fórmula con una misma regulación. Está bien si un país no tiene un campeonato suficientemente fuerte, pero deberíamos poder integrarlo con otro, o puede haber algún tipo de final entre los líderes de las distintas series nacionales, pero necesitamos desmenuzarlo y proporcionar lo necesario”.

La ruta de Berger a la Fórmula Uno

La ruta de Gerhard Berger a la F1 fue realmente simple. Hijo de un austriaco dueño de una empresa de transportes, Berger inició su vida en las carreras en sedanes, con un Ford Escort Grupo 5 en eventos alrededor de su hogar en Wörgl. Al descubrir que tenía talento para el manejo, el futuro estrella de F1 se mudó a los monoplazas e intentó primero en la Fórmula Ford 1600 y luego en F3. Fue en esta última donde Berger destacó primero, al grado de terminar tercero en el campeonato alemán de 1982.

La temporada siguiente corrió un Ralt-Alfa para el equipo RMS de Helmut Marko y terminó séptimo en el campeonato F3 europeo, consiguiendo dos segundos lugares. Eso lo llevó al GP de Macao donde terminó tercero detrás de Ayrton Senna y Roberto Guerrero. Fue un desempeño lo suficientemente sólido como para ganarse otra temporada en F3, esta vez en el equipo del italiano Pino Trivellato. Berger consiguió su primera victoria importante en la serie con un triunfo en el Österreichring y pronto sumó otro en Monza.


Sus victorias en F3 llamaron la atención del equipo alemán de Fórmula Uno ATS, operado por el fabricante de rines Hans Günther Schmid. Berger probó para el equipo en Zandvoort, Holanda, a fines de julio de 1984. Pocas semanas después debutó en la F1 en el Gran Premio austriaco, donde arrancó en 20º y se clasificó 12º, dejando la carrera con un problema en la caja de cambios a tres vueltas del final. Fue el inicio de una trayectoria de 210 carreras en la serie más importante del deporte motor.

F3 EUROPEA FIA

La primera respuesta de Gerhard Berger y la FIA a la aparente confusión en la ruta desde los karts hasta las principales series ha sido inaugurar un nuevo campeonato de F3 Europea.Ratificada en una junta del Consejo Mundial del Deporte Motor de la FIA en Milán en 2012, la nueva serie remplaza el Trofeo Fórmula 3 FIA actual y, según la federación, “tiene la intención de convertirse en el cimiento para el desarrollo y el avance de los pilotos jóvenes y talentosos, estableciendo una ruta clara hasta la F1”.

Disputada a lo largo de 10 fechas y actualmente usando las reglas del Trofeo F3, la serie arrancó en Hockenheim el 29 de abril. Desde entonces, la serie ha corrido en Pau, Francia, Brands Hatch, GB, el Red Bull Ring austriaco, el Norisring alemán, Zandvoort, Holanda y Valencia España, con la final pactada para Hockenheim.

El actual líder es Daniel Juncadella, un graduado de la Fórmula BMW, quien tiene 109 puntos de las primeras tres fechas, que está compuesta por tres carreras por fin de semana. En segundo está el italiano Raffaele Marciello con 103 puntos, con Carlos Sainz II, hijo del bicampeón de rallies del mismo nombre, tercero con 82 puntos.

Para mejorar el atractivo de la nueva serie, tres nuevos premios serán ofrecidos al final de la temporada. El ganador será coronado campeón de la F3 Europea y se le dará una prueba en un Ferrari F1, así como dos días de pruebas en la F2 FIA. El subcampeón obtendrá una prueba de dos días en F2 así como la oportunidad de manejar un auto del DTM, mientras que el tercer lugar obtendrá una prueba de dos días en F2.