SIEMPRE SERÁ COMPARSA 

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IndyCar ha ido recuperando el brillo e importancia que tuvo durante los años noventa del siglo pasado y poco a poco ha ido retomando su lugar en el escalafón jerárquico del automovilismo mundial. Sin embargo, aún están lejos los días en que pilotos saltaban de la serie estadounidense a la Fórmula Uno o que, al revés, la serie podía ser considerada como una opción para continuar siendo exitoso si no se conseguía un buen asiento en la F1.

La IndyCar sigue tratando de recuperar ese brillo que la escisión de 1995-96 con la IRL cegó y poco a poco lo han logrado con los elementos que la hicieron tan famosa: carreras emocionantes, parrilla internacional y equipos competitivos. Pero siguen faltos en cuanto a competitividad en chasises, son monomarca de Dallara, y en cuanto a motores donde Chevrolet y Honda pelean, sin poder atraer a un tercero que patrocine el motor que ya tiene listo Cosworth desde hace tiempo, lo cual es una señal de la debilidad de la categoría en la percepción que tiene de ella la industria automotriz, y eso siempre limitará su crecimiento.

IndyCar aún no llega a la era de auge que tuvo cuando Lola-March, Swift, Eagle, en chasises, y Ford, Toyota, Honda y Mercedes, en motores, competían en sus filas en el final del siglo XX, pero en algunas cuestiones van por buen camino. El problema radica en que todavía les falta recuperar el prestigio de serie que tenían y que les daba el nivel para ser rivales de la Fórmula Uno, porque ahora son rivales, pero de la GP2 y ese último paso es el que más trabajo, inversión y tiempo cuesta y los estadounidenses son los amos de la satisfacción instantánea, no tanto del trabajo a largo plazo.

Carlos A. Jalife Ruz 

http://laplumadelzurdo.blogspot.com/ @elzurdojalife 

RECUPERARÁ LA GLORIA 

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La IndyCar está mejor que nunca en los últimos tres lustros, pues si bien no tiene a los mejores pilotos del mundo y cuenta con muchos rechazados de Fórmula Uno, podemos decir fácilmente que ya recuperó el segundo lugar entre las series de autos fórmula.

IndyCar se ha dado cuenta de qué es lo que quieren los aficionados en la pista y está entregándolo. Me refiero a espectáculo pues lo aprendió de NASCAR y casi todos los pilotos pueden ganar en un domingo cualquiera –cosa que no sucede en F1– y otorga un valor mayor por los boletos dadas las fechas dobles que le otorgan al aficionado, en efecto dos carreras puntuables por el precio de una, como hace NASCAR con sus dobletes, o a veces hasta tripletes, en una misma pista con la Sprint, la Nationwide y las trocas.

Se puede decir que no tienen ni tantos chasises ni tantos motores como en el ocaso del siglo pasado, la que se considera su época de gloria, pero tienen acción, rebases, diversidad y no te aburres en sus carreras, además de que incluso cuando ganan los mismos equipos grandes –Penske, Ganassi y Andretti– no siempre son los mismos pilotos los que compiten y no hay órdenes de equipo.

Viendo como muchas categorías del deporte motor se han convertido en procesiones, IndyCar está en una excelente posición para atrapar a los fanáticos que buscan competencia y no sólo la pelea entre uno o dos pilotos con el resto participando desde lejos. Si saben explotar ese atractivo, pronto podrán regresar a competir con la F1 en las pantallas del mundo y reiniciar su proceso de expansión a otros continentes con carreras en zonas marginadas por los costos exorbitantes de la F1.

Omar E. Jalife Ruz

http://ladesmanianada.blogspot.com/ @ojalife