FOTO: Joe Skibinski/INDYCAR

Josef Newgarden mantuvo la compostura y la presión bajo control durante todo el mes, hasta que finalmente aseguró su segundo título en la IndyCar.

Prácticamente nunca, desde que reapareció en la escena estadounidense al ganar el título de Indy Lights en 2011, y al debutar en la categoría estelar, al año siguiente, demostró tanta emotividad tras alcanzar un logro significativo, ni cuando logró su primera victoria ni cuando se proclamó campeón por primera vez.

Pero la presión con la que vivió la conclusión del torneo que dominó prácticamente todo el año, y la dinámica de la última competencia del campeonato, se reflejó cuando se soltó en llanto frente a las cámaras de televisión, sus familiares e integrantes de su equipo. 

«Fue un llanto bueno», expresó. «Solo que sentí como un gran eso, para ser honesto. Aún lo siento cuando lo pienso. Es un gran peso. Especialmente cuando vi a todos los chicos cuando salí (del auto). Significó mucho. Aún pasa. Significa mucho». 

El estadounidense finalizó octavo este domingo, en la última fecha de la temporada que se celebró en Laguna Seca, en un día en el que la estrategia

Newgarden fue el mejor de los participantes en 2019. Nadie logró tantas victorias (cuatro), podios (siete) o vueltas lideradas (490, o más del 20 por ciento del total), ni un promedio de calificación (5.5) o de resultados (5.6) tan consistente.

Sin embargo, Alexander Rossi y Simon Pagenaud se mantuvieron muy cerca de él en la carrera hacia el título y, para la última ronda, la impartición de puntaje doble no favoreció sus posibilidades, porque una actuación mala podía costar el título.

«Es un caso tan estresante con puntos dobles. Lo odiaba. Odiaba pensar en eso, y sé que no hicimos una distancia suficiente para que fuera súper fácil para nosotros mismos, y solo estaba temiendo, para ser honesto», admitió.

«Simplemente no sabía qué iba a pasar hoy, y solo quería asegurarme de sellar el campeonato porque sentí que nuestros muchachos lo merecían. Todos trabajan muy duro en este paddock. No importa qué equipo o qué piloto seas».

«Creo que todos trabajan muy duro. Soy bastante íntimo con mis chicos y sé lo duro que trabajan personalmente, y solo quería que fueran recompensados ​​con el campeonato».

Newgarden también asegura que este título es más especial que el de hace un par de año, al tener una oportunidad más concreta de disfrutarlo y por liderar un equipo de trabajo que ha tenido muchos cambios desde que reemplazó a Juan Pablo Montoya, a finales de 2016.

Lo más significativo fue la llegada de Gavin Ward, ingeniero de varios pilotos del equipo Red Bull de Fórmula Uno durante la época de dominio de la casa de Milton Keynes.

«Cuando estás en una temporada, esas oportunidades vienen todas las semanas, pero ganar un campeonato, no llega todas las semanas», aseguró. «Esa oportunidad rara vez está ahí, y si está ahí, realmente quieres capitalizarla porque nunca sabes si volverás a tenerla, y creo que realmente te das cuenta de que mientras más años hagas esto».

«Pensé que era nuestro año para ganar, y si no lo hacíamos, iba a doler mucho. El esfuerzo hubiera sido, no en vano, pero se habría sentido muy mal tirar lo que habíamos armado durante toda la temporada».