La división LMDh que participará en las categorías estelares de resistencia aplazará su debut en las pistas hasta 2023.
Esto lo confirmó John Doonan, jefe de IMSA, durante este viernes, en el marco de la revelación de las características técnicas que dicha clase tendrá, a fin de promover la participación en las competencias icónicas de IMSA-SCC y WEC.
Es una de las consecuencias de la pandemia de la COVID-19, que retrasó la publicación de las reglas y el arranque de los trabajos de desarrollo, de parte de los socios tecnológicos participantes.
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No obstante, el directivo estadounidense espera que el desarrollo tecnológico de los interesados permita que los autos de generación nueva aparezcan en pista en el segundo semestre de 2022; de hecho, WEC no prohibirá su participación dentro de año y medio.
«No hay duda de que la crisis global nos ha retrasado un poco, pero como se pretendía, es tecnológicamente posible que alguien corra en algún momento a finales de 2022», explicó Doonan a medios.
«Dada la crisis, me imagino con seguridad un campeonato de temporada completa en 2023, pero es tecnológicamente posible que podamos ver algunos autos compitiendo en las últimas etapas de 2022».
«Del lado de IMSA, (en) enero de 2023 en Daytona, esperamos que haya varios fabricantes en esa categoría con seguridad».
La declaración garantiza automáticamente la extensión de vida de la clase DPi de IMSA-SCC, que será reemplazada por los LMDh, hasta finales de 2022.
MÁS DETALLES DE LOS LMDh
Este viernes, en la víspera de las «24 Horas de Le Mans», se ofrecieron más detalles técnicos de la clase nueva, como parte de la convergencia que IMSA y el Club Automóvil del Oeste (ACO, por sus siglas) buscan tener.
Las motoristas interesadas trabajarán con alguna de las cuatro constructoras con carrocerías aprobadas (Dallara, Ligier, Multimatic y Oreca); los prototipos tendrán un peso mínimo de 1,030 kg con dimensiones máximas de 5.1 metros de largo y 2m de ancho. La distancia entre ejes común será de 3.15m.
Tres compañías trabajarán en conjunto para producir el tren motriz híbrido: Bosch se encargará del controlador del motor, Williams Advanced Engineering de la batería eléctrica y Xtrac, de la caja de velocidades. Todo se compactará e instalará en una célula de supervivencia, en un compartimiento aislado de la ubicación del piloto.
Entre el motor de combustión interna y el sistema de tren motriz híbrido generalizado, los vehículos producirán una potencia de hasta 500 kW (alrededor de 670 hp).
El costo estimado de un LMDh, sin motor de combustión, será de un millón de euros y el sistema híbrido completo tendrá valor de 300 mil euros. El costo del marco «básico» de la carrocería (el que proporcionen las constructoras) será de 345 mil euros.
«Creo que la eficiencia del proceso es un reflejo más de la importancia de esta colaboración entre IMSA y ACO, y el futuro de las carreras de autos deportivos de resistencia», agregó Doonan.
«Tener el mismo coche para correr en Daytona y Le Mans es una expectativa de todos nuestros socios fabricantes; ¿puedes imaginar cómo va a hacer sentir a nuestros aficionados?»