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Por primera vez en la historia, un Jaguar de producción tendrá una velocidad máxima de 322 kph en una versión espectacular llamada SVR, que fue presentada al mundo en el pasado Salón de Ginebra. Días antes, se filtró en Internet un supuesto catálogo secreto del coupé en el que la marca decía que con el SVR, “Jaguar llevaría el desempeño, dinamismo e involucramiento con el conductor a otro nivel”.
El SVR es resultado del trabajo de la división SVO (Special Vehicle Operations) del grupo, y es el primer Jaguar que recibe el tratamiento especial del departamento interno de alto desempeño. El emblema SVR reemplaza al anterior R-S usado en los modelos XF y XK. El primer modelo preparado enteramente por SVO fue la Range Rover Sport SVR, mientras que el Tipo F es básicamente una recreación del modelo Project 7, presentado hace dos años. De este último, Jaguar ha conservado la puesta a punto del chasis con el desempeño mejorado, y el sistema de enfriamiento, elementos diseñados para elevar notablemente sus prestaciones sin perder la capacidad de uso diario.
Los números que la marca anuncia para el coche dejan claras sus intenciones: velocidad máxima de 322 kph, 567 caballos de potencia, 516 libras/pie de torque, y una aceleración de 0 a 100 kph en 3.7 segundos, cortesía de un V8 supercargado de 5.0 litros como el que usan otros modelos de la marca, pero con un poco más de poder. Estos valores corresponden al SVR Coupé, mientras que el convertible queda un ápice más abajo: 314 kph de tope, y 4.1 segundos para llegar a 100 kph. Otro de los aspectos destacables del SVR es que tiene sistema de tracción integral permanente, lo que explica en gran medida que acelere de forma tan contundente. La única transmisión disponible es automática de 8 velocidades, accionable vía paletas al volante.
A simple vista se puede apreciar el trabajo que la marca hizo sobre el auto para dar vida al SVR, otorgándole un mayor desempeño aerodinámico y más capacidad de enfriamiento de sus componentes. Entre sus elementos más llamativos se encuentran el alerón posterior de talla grande, así como un difusor trasero más prominente, y un separador nuevo al frente, además de entradas de aire más grandes para enfriar motor y frenos.
Pero no sólo se trata de darle más potencia, también se sometió a dieta para que el caballaje extra fuera aún más notorio. El SVR monta discos carbonocerámicos en lugar de los tradicionales de acero, lo que implica una disminución de 21 kg frente a la versión R. El escape es de una aleación novedosa de titanio, níquel y cromo, que ahorra casi 20 kg. Los rines también contribuyen, pues están forjados en aleación de aluminio que permite ahorrar 5 kg en cada uno. Y si esto no fuera suficiente, se puede optar por un paquete opcional de fibra de carbono, que incluye partes de la carrocería hechas en este material: el techo, la parte baja de la fascia delantera, las salidas de aire del cofre y las cubiertas de los retrovisores. Y el alerón trasero enorme no es una pieza ornamental, pues reduce la sustentación hasta en un 80%.
John Edwards, director de SVO, dijo: “El nuevo Tipo F SVR es el primer modelo de producción en serie de Jaguar desarrollado enteramente por el departamento de Operaciones Especiales. Se beneficia de todo lo que sabemos sobre ingeniería de precisión, desempeño dinámico, y diseño. El resultado es un superauto de 322 kph que se puede manejar todos los días sin importar las condiciones del clima. Incluso también lo hicimos convertible para que los más entusiastas se deleiten con el sonido del escape de titanio”.
Eso sí, todo tiene un precio, y al menos en los mercados del Viejo Continente, el SVR comenzará a venderse con una etiqueta alrededor de 180 mil dólares –que deberían convertirse en unos 150 mil de este lado del Atlántico, gracias a aranceles menos prohibitivos– en el verano. Con ese precio, potencia, y el hecho de tener tracción en las cuatro ruedas, el SVR se colocará en una posición interesante frente a sus rivales más directos, legendarios y difíciles de vencer: Audi R8 V10 Plus (603 caballos, 190 mil dólares), Porsche 911 Turbo S (581 caballos, 180 mil dólares) y Nissan GT-R (570 caballos, 110 mil dólares). Una competencia cantada de la que sólo podemos decir que el SVR tiene argumentos que, al menos en papel, parecen suficientes para subir confiadamente al ring. La pregunta es, ¿podrá con ellos? Solo el tiempo lo dirá.