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Una estrategia ingeniosa devolvió a Daniil Kvyat a un podio en la Fórmula Uno por primera vez en más de tres años.

El ruso calificó en 14º lugar para el Gran Premio alemán y se mantuvo fuera de la zona de puntos prácticamente todo el día; sin embargo, a raíz del accidente de Nico Hulkenberg que generó el tercero de cuatro encadenamientos de la competencia, sus estrategas lo mandaron a fosos tan pronto como reinició la prueba, en la vuelta 46, para colocarle neumáticos suaves.

Al aventajar al resto del pelotón, que se detuvo un giro despuñes mientras el asfalto del Hockenheim se secaba, Kvyat pasó al tercer lugar y después superó a Lance Stroll, quien hizo la misma táctica durante la neutralización. Pese a que Sebastian Vettel lo superó en el penúltimo giro, recibió con los brazos abiertos un resultado que nadie tenía presupuestado.

«Fue increíble. Increíble estar de vuelta en el podio», dijo. «Increíble para Toro Rosso después de tantos años, lograr un podio para el equipo es increíble. La carrera fue una locura. Finalmente logré poner todo junto para obtener este podio. Estoy muy feliz».

«Fue una película de terror con una comedia negra. En algún momento pensé que la carrera había terminado para mí, pero volvió a cobrar vida. Fue increíble. Una montaña rusa. Un poco como toda mi carrera».

En los que denomina su «segunda trayectoria», Kvyat atraviesa su tercera etapa en la escuadra de Faenza. Tras debutar en 2014 en el Gran Circo, fue promovido a Red Bull Racing al año siguiente, pero regresó a Toro Rosso para la quinta fecha de 2016, luego del incidente con Vettel en el Gran Premio ruso y que coincidió con el ascenso de Max Verstappen, quien ganaría en Barcelona.

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No concluyó el Mundial de 2017, luego de que la marca austriaca rompiera sus vínculos con él, pero este año, después de un periodo breve como piloto de simulador de Ferrari, regresó a Toro Rosso, ante la falta de opciones de pilotos que afrontaba.

Antes de Hockenheim, su desempeño había sido discreto, pero efectivo, al anotarse puntos en cinco oportunidades, con un séptimo puesto en Mónaco como su mejor producción. Hoy, le dio al equipo el segundo podio de su historia y el primero desde la victoria de Vettel en Monza, en 2008.

«Fueron unos años increíbles en mi vida. Muchas realizaciones en mi vida porque a veces eran tiempos difíciles y pensé que tal vez la Fórmula Uno había terminado para mí, y tal vez pensé, especialmente en el podio, que nunca lo volvería a tener, pero la vida demuestra que si trabajas duro y nunca te rindes, las cosas son posibles», compartió.

«Durante estos tres años difíciles, sentí que finalmente se cayeron de mis hombros. Perdí estas cadenas hoy. Fue un trabajo duro alcanzar este momento y espero poder enviar el mensaje de que estoy listo ahora para luchar por este tipo de momento de manera consistente, y no hay un mensaje más fuerte que un podio como éste».

El resultado, que ahora lo deja noveno en el Mundial con 27 unidades, fue aún más especial, ya que su novia dio a luz a su primer hijo, una niña, la noche del sábado. El de este domingo fue el tercer podio de Kvyat en su trayectoria.