El equipo Mercedes implementó una serie de contramedidas en su motor de especificación de carrera para la primera ronda del Mundial de Fórmula 1, ante los problemas de confiabilidad que se presentaron en la pretemporada.
El fabricante alemán sufrió una serie de problemas durante las dos semanas de ensayos en Barcelona el mes pasado, ya que tanto su equipo de trabajo como Williams requirieron cambios de motor.
El hexacampeón Lewis Hamilton admitió que su agrupación no estaba particularmente cómoda con la situación en la que se encontraba.
«¿Es una preocupación? Sí, seguro», afirmó, respecto a los dramas del motor. «Normalmente en la pretemporada tenemos mucha más confianza en la fiabilidad, por lo que no ha sido perfecto».
De acuerdo con Autosport, Mercedes mandó sus unidades de potencia afectadas a su fábrica de Brixworth, Reino Unido, donde se fabrican y desarrollan, para un análisis detallado, lo que permitió a sus ingenieros comprender lo que sucedió.
Las fallas en la primera semana, que incluyeron un cambio de motor antes del último día de pretemporada, fueron causados por problemas de enfriamiento en el componente MGU-H.
En la segunda semana se realizaron ajustes para superar el problema, mismo que no se repitió, aunque en este periodo se generaron dos fallas en los rodamientos.
Por ello, Mercedes tendrá contramedidas para su motor de especificación única que se utilizará de manera exclusiva en el Gran Premio australiano.
A pesar de las vicisitudes, Mercedes no tuvo que retroceder en la especificación del motor que usará, y confía en que no tendrá que limitar su nivel de agresividad sobre los mapeos de motor, en un intento por garantizar la confiabilidad.
«Estamos contentos porque encontramos estos problemas en las pruebas en lugar de un fin de semana de carrera, ya que podíamos trabajar para solucionarlos sin (recibir) penalizaciones», afirmó Toto Wolff, director del equipo.