Tras siete días de intensa competencia, Emilio Velázquez y Christian Coronel se adjudicaron la victoria en la edición 31 de La Carrera Panamericana.
Las siete sedes que sumaron los más de tres mil kilómetros de competencia, guardarán los momentos de grandes retos, aventuras y también de felicidad de todos los equipos que se colgaron la medalla de la victoria por completar el recorrido, sin importar el lugar en el que se colocaron en cada categoría.
De todos los autos clásicos inscritos en las 10 categorías, el mejor de ellos fue el «Golden Tiger» (TM) Studebaker Champion 1953, que por segunda vez en la historia de La Panamericana obtiene el título absoluto gracias a la experiencia del oaxaqueño Velázquez, quien se coronó en 2015, acompañado por Christian Coronel.
Su triunfo fue una combinación de suerte y estrategia, luego de que el monarca potosino Ricardo Cordero quedara fuera de competencia en el tercer día, pasándole la estafeta de favoritos a Hilaire y Laura Damiron del auto #115, equipo que sufrió un percance en los caminos de Morelia, en la cuarta jornada. Aunque continuaron en contienda, tomaron el papel de escuderos de Velázquez y Coronel, quienes a su llegada a San Miguel de Allende en Guanajuato ya tenían una ventaja de 3m13:05m a su favor en el cronómetro.
La estrategia del ya bicampeón de La Panamericana, fue clara: mantener al «Tigre Dorado» lejos de percances y en buen estado, cerrando los últimos días en los primeros cinco lugares absolutos, ganando así en la tarjeta de tiempos.
Detrás de Velázquez y los Damiron, Luis y Pablo Cervantes, padre e hijo, realizaron un rally impecable, ganando el absoluto del Día 5 y ubicándose a lo largo de la semana en las 10 primeras posiciones de llegada, para así obtener el tercer lugar general.