Carreras espectaculares, buena mezcla de pilotos y promoción adecuada hacen de esta serie monomarca un campeonato de nivel adecuado para México, comenta CARLOS JALIFE.
Michel Jourdain, el destacado piloto sesentero convertido en promotor hace varias décadas, retomó su labor en 2011 con el apoyo de SEAT y trajo autos modelo León desde España para organizar un copa similar a la que se corre en diversos países del viejo continente desde hace más de una década.
La serie arrancó con una quincena de autos y probó ser un éxito al combinarse con una preliminar de Pick Ups y otra de motociclismo, para tener fines de semana de dos días, con entrenamientos el sábado y carreras dominicales, reduciendo los costos para los participantes.
La Súper Copa tuvo una campaña inaugural muy reñida y se definió hasta la ronda final en favor del mexicano Ricardo Pérez de Lara, piloto de Telcel, quien estuvo en la pelea en las ocho fechas dobles y terminó coronándose por 17 puntos de ventaja sobre el venezolano Alex Popow, quien haciendo equipo con sus compatriotas Giancarlo Serenelli y Nelson Canache, se convirtieron en grandes animadores del campeonato. Giancarlo Serenelli terminó tercero y Nelson,
quinto, superado por el ex campeón de F3, resistencia y stocks, César Tiberio Jiménez, de Monterrey, quien fue cuarto, dejando a otro internacional mexicano, Jorge Goeters en el sexto sitio. Los venezolanos ganaron las cinco primeras carreas y no fue hasta la sexta en México D.F. que Pérez de Lara les puso el cascabel e inició la remontada que le daría el título con otros tres triunfos y una dosis de podios.
El campeonato fue bastante bien controlado dentro de la pista, con un pacto de caballeros entre los volantes regulares, que fue roto solamente por el invitado Rubén García Novoa, quien se desquitó de un contacto de Popow con un laminazo que tomó desprevenido al criollo y fue el más espectacular del año, sin daños físicos mayores para Alex, y una suspensión prolongada para Rubén, que casi lo mandó al retiro.
Fuera de la pista, a excepción de una reclamo por un cambio de caja en la fecha del Hermanos Rodríguez –el cual fue arreglado prontamente– el campeonato estuvo exento de las usuales protestas entre pilotos y la fiesta
transcurrió en calma, algo muy ajeno al conflicto de otras series, señal que se están trabajando bien las cosas.
El SEAT León en sí es un auto excelente pues viene sellado de origen y casi no se le mete mano. Por ejemplo, el aceite de la transmisión se cambia cada 10,000 kilómetros, lo cual equivaldría a dos campañas sin tocarlo.
Es un motor de dos litros turbocargado, flexible, rendidor y potente de bajo mantenimiento como el auto mismo y los pilotos recibieron financiamiento de planta en muchos casos para poder pagarlo en plazos, lo cual aumenta el atractivo.
Para 2012 se espera el retorno de los principales protagonistas mexicanos, Pérez de Lara, Tiberio y Goeters, pero también ya se anuncia que Rubén Rovelo –quien ganó dos carreras en una temporada parcial en 2011– estará de tiempo completo y es factible que lo acompañen otros pilotos de NASCAR. Otro ganador, Rogelio Germán ha confirmado su retorno al igual que el pachuqueño Miguel Reyes.
Entre los novatos regresan Alexis Uribe, Jorge Contreras II y Marco Santibáñez, y se espera que el hijo de Alfonso Célis haga equipo con su padre para defender los colores de Tehuacán. También participarán algunos otros pilotos que rellenaron la parrilla en 2011 y deben mejorar, y regresarán tres o cuatro venezolanos, pero no Serenelli (quien va a GP2) ni Popow (Grand AM).
La serie tendrá nueve fechas doble en 2012 y no repite pistas. Se esperan más de 20 autos, por lo que su crecimiento es firme y además, se une como preliminar la Copa Ibiza con autos de menor caballaje, también de tracción delantera, que serán usados para ir preparando a los pilotos que luego acrecentarán las filas de la Súper Copa. En suma, un proyecto con bases sólidas y buen espectáculo.