Era su año de consolidación de Sean Edwards como uno de los mejores pilotos de GT del mundo. Ganador en la Supercup de Porsche desde 2008 y líder en 2013 cuando restan dos fechas, Sean también triunfó en las 24 Horas de Nürburgring en mayo pasado manejando para Mercedes, y obtuvo triunfos en la Copa Porsche Alemania y en la clase GTC de la serie American Le Mans con el equipo NGT, además de ganar las 24 Horas de Dubai por segundo año consecutivo.
Sean era hijo del ex piloto británico de F1, Guy Edwards, uno de los que rescató a Niki Lauda en el Nürburgring en 1976. Aprovechando un hueco en su calendario, Sean fue contratado para ir a capacitar a un piloto de 20 años en Queensland, Australia. Mientras terminaba la sesión del martes 15 de octubre en el autódromo de Willowbank a bordo de un Porsche 996, el piloto perdió el control y chocó contra una barrera de llantas a más de 200 kph. Sean, en el asiento del copiloto, murió en el impacto. El piloto sobrevivió con lesiones serias.