2012 significó para los italianos ser el peor equipo de media tabla, a años luz de los demás contendientes en la zona. Los pilotos no cargaron con la culpa, como en 2011, y repiten para una segunda campaña juntos, en la que la batalla interna crecerá en cantidad y calidad, y esperan dar más en la batalla externa por el sexto sitio de constructores, que es su aspiración real.

Para liderarlos en el aspecto técnico está James Key, quien dejó Force India por Sauber y llega a Toro Rosso en lugar del afamado, pero viejo conceptualmente, Giorgio Ascanelli (ex Ferrari), quien fue despedido en septiembre 2012. Como es obvio, sus soluciones técnicas han sido descontinuadas, en especial el doble piso que parecía haber alcanzado el límite de desarrollo, y aunque el equipo tiene un área de diseño propia, muchas soluciones parecen ser copias del hermano mayor, Red Bull Racing.

En 2013 tienen el STR8, con suspensión, especialmente atrás, muy modificada y un tren trasero similar al de RB8 en cuanto al diseño de los escapes y su efecto Coanda aunque con las dispensas necesarias para el motor Ferrari, por lo que en 2014 es muy factible que la escuadra opte por usar el Renault que ya tiene su hermano mayor, minimizando los problemas de usar algo probado.

Donde no se parecen mucho es en el tren delantero con una nariz muy alta y de perfil angosto y un alerón más simple, pero en cambio los pontones han sido modificados al estilo de familia. Quizás lo más raro es que no usan tomas de aire en los frenos para dejar correr el aire mejor hacia atrás y su equipo técnico ha dicho que el auto será más flexible de poner a punto con mayor amplitud de opciones, algo muy Key.

Sus pilotos no son estrellas, ni el galo Jean Eric Vergné, ni el australiano Daniel Ricciardo, pero ambos pelean por superar al otro sabiendo que la recompensa puede ser un sitio en Red Bull 2014, pues Webber parece al final de su camino. El galo ha sido más potente en la segunda mitad de 2012 y sus cuatro octavos sitios le dieron los puntos necesarios para batir a su coequipero de mayor experiencia y curriculum.

El francés fue más incisivo y aunque nunca llegó a la Q3 como Ricciardo, se mantuvo frío en las arrancadas y no tuvo grandes incidentes en carrera pese a su novatez. El australiano tomó ventaja temprana y luego se vio superado hasta caer en un bache anímico notorio que tiene que superar en 2013, bajo pena de perder el asiento.

El director del equipo, Franz Tost –quien fuera el verdugo designado para Buemi y Alguersuari en 2011– es un tipo duro que no se tentó el corazón con el prestigioso Ascanelli pues sabe que una pelea entre los directivos de Red Bull puede abrirle el camino al equipo grande, pero solamente con resultados, que no son quedar noveno como en 2012. Tiene en marcha un proyecto de tres años para modernizar sus instalaciones de Faenza y tratar de ponerse a la altura de otros equipos medianos. 2013 es el primer paso de esa nueva época con la meta final de dejar de vivir a la sombra de su hermano Milton Keynes.