Renault le dejó sus motores a RBR para 2016, pero no le dejó el nombre y ahora que tiene un equipo oficial no sería raro ver que los austriacos con sede en Inglaterra emigren en busca de un motor mejor en el futuro cercano. El fuerte de RBR ha sido el diseño de sus autos, que vienen de la mente maestra de Adrian Newey, aunque desde el año pasado Adrian se ha dedicado más a ver el cuadro general que los detalles de cada parte del mismo. Lo cual ha provocado que si el auto no funciona bien de inicio vaya mejorando en el transcurso de la temporada y termine siendo el mejor sobre la pista, si tiene un motor que le responda; precisamente ese es el problema desde 2014, que el motor Renault con el que alcanzaron sus cuatro títulos sucesivos, no ha sido lo potente que necesitan los RB para alzarse con el triunfo.
En 2015 la escuadra fue pasada por Ferrari y Williams y cayó al cuarto sitio, su peor lugar desde 2008, y tras una campaña acre en comentarios contra Renault, sus motores han sido rebautizados en 2016, aunque son la misma cosa, y no sería raro que los avances que se encuentren en Francia sean entregados primero al equipo oficial de la firma del rombo, no al RBR, cuyo RB12 muestra la fluidez aerodinámica usual en los diseños de la firma, especialmente en la trompa de simplicidad elegante, pero eficiente a la vez, sin tantos recovecos y piezas superpuestas como otros equipos.
La cabina ha sido detallada muy particularmente con las protecciones de la cabeza del piloto, reglamentariamente altas, esculpidas de forma que canalizan el aire hacia a un tren trasero elegante aunque no tan esbelto como otros, quizás por el empaque del motor. Los pontones y sus veletas en la zona de entrada del aire a los radiadores son simples en su diseño, y el uso de las cámaras para alinear el flujo del aire es evidente en todo momento, al igual que la forma de encajonar ese flujo desde que corre debajo del auto hasta que sale detrás del alerón que forma un rectángulo con sus limitadores verticales que sirven también para sostenerlo en la parte trasera.
Sus pilotos son muy buenos –Kvyat sorprendió al batir a Ricciardo en 2015– y con retroalimentación mejor acerca del comportamiento en pista que la de sus pares de Toro Rosso, por lo que la ayuda de Newey les debe llevar hacia la batalla por el segundo sitio nuevamente, si el propulsor, su Talón de Aquiles, lo permite.