Prueba de manejo: Volkswagen Up

Sin meternos demasiado a los orígenes de la marca de Wolfsburg, muchos recordarán que su nombre y filosofía tenían qué ver con el término “auto del pueblo”, gracias a los atributos que durante décadas ofreció el popular “Vocho” a millones de usuarios en todo el mundo. Un coche sin complejos, barato, duradero, confiable, cuyo concepto prácticamente desapareció cuando dejó de fabricarse en 2003.

Durante más de 10 años no hubo ningún otro VW que ofreciera esa misma esencia, hasta que nació el Up. Y con él los principios básicos de movilidad que hicieron famosa a la marca durante décadas. El Up no pretende nada, es un coche sencillo, de bajo costo que busca llevarnos del punto “A” al “B” sin mayores problemas, con un manejo razonable, un consumo increíblemente bajo, con suficiente espacio para una familia joven, y con amplias posibilidades de equipamiento.

De hecho, el primer aspecto que destacamos del Up es que todas las versiones, desde el básico (Take Up), tienen bolsas de aire frontales y frenos ABS como equipo de serie; el básico es 3 puertas. El Move Up suma dirección hidráulica, rines de aluminio de 14”, equipo de audio con entrada USB, A/C y carrocería de 5 puertas. Por su parte, el High Up agrega rines de 15”, lámparas de niebla, sensores de estacionamiento, elevadores eléctricos y acabados interiores al color de la carrocería. Finalmente también hay un Cross Up, y como su nombre lo sugiere, tiene aspecto e intenciones de un todoterreno ligero; ligerísimo vamos a decir. Los interiores tienen un acabado correcto, con materiales y ensambles de calidad por encima de la media (Figo, Spark, Mirage, etc.). Se nota sólido y libre de ruidos y vibraciones. En seguridad, hay que añadir que la LatinNCAP le otorgó la máxima calificación en pruebas de impacto (5 estrellas).

Bajo el cofre se encuentra el aspecto que quizá contribuye más a su accesibilidad: el motor. Es un tres cilindros en línea de 1.0 litros que entrega 75 caballos, que resultan más que suficientes para mover sus 900 kg de peso con mayor soltura de la que hubiéramos imaginado. El motor se nota feliz de girar hasta el corte de inyección, y además de emitir un sonido peculiar (idéntico al del Smart FotTwo), se nota con suficientes bríos a pesar de sus dimensiones. Ayuda mucho la caja de relaciones cortas que permite extraer hasta el último caballo del L3.

Generalmente los coches urbanos –como el Up- no destacan por su calidad de rodadura, y suelen ser nerviosos e inestables en muchas circunstancias. No es el caso del VW, de hecho, rueda muy bien, con aplomo aunque rebasemos los 120 kph. Porque los supera, hasta llegar a su máxima en torno a los 150 kph; más que suficientes para su objetivo de utilización. La suspensión filtra bien la mayoría de las irregularidades del camino, y los frenos son suficientes para el peso.

En donde dan ganas de aplaudirle es el consumo. Su diminuto corazón permite que mantengamos una media de más de 20 km por litro, lo que quiere decir que en ciudad nunca gasta menos de 15, y en carretera llega a los 30 sin problema. Sencillamente maravilloso, especialmente con el precio actual de la gasolina.

Con un rango de precios que va de los $146,900 a los $185,616 pesos, el Up retoma aquel principio de hacer un coche competente para las masas, sin que exista un gasto fuerte de por medio. En este sentido, nos parece que las primeras dos versiones son las que se apegan mejor al concepto de “auto del pueblo”; las dos más caras quizá ya no, pero de cualquier manera se trata de un coche urbano que se posiciona como una alternativa adecuada para las características del mercado mexicano.

FICHA TECNICA

-Víctor Ortiz (@VicOrtiz78)