FOTO: Karl Zemlin/INDYCAR

Después de un año lleno de vaivenes, Patricio O’Ward comienza a encontrar un momento de estabilidad en su trayectoria joven.

El mexicano fue presentado este miércoles como integrante nuevo de ARROW McLaren SP, que es la transformación de Schmidt Peterson Motorsports, uno de los equipos animadores de la IndyCar en los últimos años y que ha catapultado a estrellas como Simon Pagenaud a sobresalir en uno de los ambientes más competitivos del mundo.

Teniendo como coequipero a Oliver Askew, quien se coronó en la Indy Lights este año, O’Ward busca llevar el estandarte de una marca como McLaren a los primeros planos en Estados Unidos y retomar la labor que quedó pendiente desde junio.

«Creo que vamos a hacer un muy buen equipo. Ambos estamos hambrientos por todo el éxito», comentó. «Creo que en este punto, tanto el equipo como nosotros estamos creciendo, estamos comenzando un capítulo nuevo en nuestras carreras y creo que el cielo es el límite».

«Así que vamos a empujar, empujar, empujar y sé que con mucho trabajo, dedicando realmente mucho tiempo y pensando en nuestro futuro y en nuestra temporada, definitivamente deberíamos estar ahí».

Fueron diez meses de incertidumbre, optimismo y muchos altibajos los que O’Ward vivió durante 2019. Después de salir de Harding Steinbrenner Racing porque su patrocinio no se concretó, y mostrar chispazos en equipamiento de segundo año en sus ocho apariciones con Carlin, pero sin calificar a las «500 Millas de Indianápolis», hubo un momento en el que no se sabía si continuaría compitiendo por la falta de patrocinio.

Llegó la oportunidad con Red Bull Racing, que intentó llevarlo a las filas que dirigían a la Fórmula Uno, pero la falta de acuerdo con la FIA para que se le contaran los puntos de Superlicencia por ganar la Indy Lights evaporó la posibilidad de alcanzar la categoría máxima, por lo que su regreso a Europa se limitó a una aparición en la Fórmula 2 y tres en la Súper Fórmula.

¿Qué experiencia le dejó este viaje? La experiencia de lo que se vive a diario en el deporte, tal como lo ha vivido en carne propia durante los cuatro últimos años.

«Obviamente, no es fácil entrar en un campeonato del que no sabes absolutamente nada, pero creo que con todo lo que pude hacer este año y tanto cambio, sinceramente, la carrera de un piloto no puede ser más desafiante que eso», explicó.

«Entonces, más que nada, solo me ayudó a crecer, me ayudó a crecer como persona, me ayudó a crecer como piloto, y creo que solo ayuda a prepararte para las circunstancias y situaciones futuras, buenas o malas, así que creo que solo ayudó a lo que podemos construir el próximo año».

Ahora, con la estabilidad de un equipo que se ha reestructurado en lo comercial y que apuesta a su talento a largo plazo, O’Ward podrá volver a concentrar sus energías en 2020, al trabajar con el personal que se ha formado en la asociación McLaren SP y que es dirigido en lo deportivo por los ex pilotos Sam Schmidt y Gil de Ferran, quienes apuntan a que sea «el futuro del equipo».

«Solo voy a tomar todo paso por paso», indicó. «Creo que eso es lo más importante, solo asegurarme de que hago mi trabajo perfectamente, sin errores. Sé que el equipo me dará su 110 por ciento cada semana y cada día y sé que juntos podemos lograr cosas muy buenas. Así que tengo muchas ganas de comenzar».

La dupla O’Ward-Askew será la más joven de la parrilla de IndyCar, al tener 20 y 22 años, respectivamente.