FOTO: Charles Coates/Pirelli

De una u otra forma, la crisis en Ferrari se agudizó en el arranque de temporada de Fórmula 1 de 2020.

Como si faltaran problemas, el accidente que Charles Leclerc generó el domingo, al llevarse puesto a Sebastian Vettel en la tercera curva del recorrido, completó un par de fines de semana en los que el equipo italiano.

«Desastre Rojo», fue uno de los balazos que el diario La Gazzetta dello Sport este lunes. Ross Brawn calificó de un «pecado capital» el epítome de un fin de semana que ya había sido decepcionante, ya que con todo y las actualizaciones nuevas, el SF1000 no encontró ritmo en piso seco y húmedo.

«Es doloroso, muy doloroso, ver nuestros dos autos de vuelta en el garaje después de solo un par de vueltas. Incidentes como éste siempre pueden ocurrir cuando comienzas en la mitad del grupo y no tiene sentido repartir la culpa», aseguró Mattia Binotto, director del equipo.

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«Es el peor final posible para un fin de semana que ya fue muy decepcionante. Es cierto que no participamos realmente en la carrera, pero no podemos escondernos detrás de la colisión que eliminó a ambos autos; sin embargo, ahora no es el momento de las acusaciones».

«En cambio, debemos continuar con nuestro trabajo. Los momentos difíciles pueden sacar lo mejor de las personas y estoy seguro de que ese será el caso ahora».

Es uno de los peores comienzos de temporada para la casa de Maranello. Un podio de segundo lugar, un décimo y dos abandonos fueron los resultados más bajos desde 2009.

A raíz de los cambios técnicos que cambiaron la jerarquía de equipos ese año, Felipe Massa y Kimi Raikkönen se fueron «en blanco» en los tres primeros compromisos, sea por abandonos por fallas mecánicas o el desempeño malo del modelo F60.

Dado que el último título de equipos fue en 2008 y el finlandés sigue siendo el campeón más reciente con la Scuderia (2007), y el hecho de que Leclerc comandaría la lucha hacia Mercedes, el cúmulo de problemas está fabricando una bomba de tiempo que parece que explotará pronto.

Hoy, además de la competitividad nula del coche, está la preferencia clara de la directiva hacia el monegasco y la incertidumbre sobre si Vettel terminará la campaña.

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Esto cambió por completo el discurso de este año y solo incrementó la presión, cuestión que Brawn espera que se maneje con inteligencia.

«Sé por experiencia propia que la presión de los medios en Italia puede ser increíblemente intensa, y debes asegurarte de que no llegue a tu gente», destacó quien fuera Director Técnico de Ferrari en los años 90 y 2000.

«La gerencia tiene que lidiar con eso y asegurarse de que el personal mantenga la fe y se mantenga enfocado en lo que debe hacerse».

«No van a cambiarlo de la noche a la mañana, y hay un largo camino por delante. Necesitan averiguar si hay un problema fundamental con el auto, y necesitan averiguarlo rápidamente, porque claramente están algo fuera de ritmo».

Hasta ahora, por el calendario condensado y la limitación del desarrollo de reglas hasta 2021, la crisis en Ferrari parece que durará mucho más de lo esperado. ¿Se recuperará la estructura lo antes posible?