Sébastien Ogier ni siquiera había iniciado su carrera como rallista cuando se suscitó una de las definiciones más memorables en la historia del WRC, hace 15 años.
En esa ocasión, cuatro pilotos llegaban a la final separados por cinco puntos, teniendo a Sébastien Loeb y a Carlos Sainz empatados en el liderato. Sería Petter Solberg el que, al ganar en Gales, remontó del tercer puesto para quedarse con la corona por una unidad sobre el francés.
Una situación similar podría ocurrir este fin de semana en el Rally Australia, donde Ogier busca su sexto título consecutivo y podría requerir de una victoria, dado el nivel de manejo de sus adversarios Thierry Neuville y Ött Tänak.
«El campeonato no podría estar más apretado y nos dirigimos al Rally de Australia con una ventaja ligera de tres puntos en cabeza», comentó. «Es un lugar muy positivo en comparación con donde estábamos, cuando nos colocamos 23 puntos por detrás hace dos rallies».
It’s all to play for @RallyAustralia! @SebOgier and Julien are in prime position with a three-point lead going into the title decider, and the team are also in with a mathematical chance of retaining their crown!
➡️ Read more here: https://t.co/aoSOmOTfcG#WRC #FordPerformance pic.twitter.com/benXWeR76H
— M-Sport (@MSportLtd) November 9, 2018
Más emotivo no podía ser el año para Ogier. Tres victorias en cuatro eventos lo colocaron con hegemonía significativa, pero el avance de Neuville en el verano y la carga imparable de Tänak en la segunda mitad del Mundial comprometieron sus oportunidades. El abandono en Portugal, la derrota ante el belga en Italia y su salida del camino en Turquía tampoco ayudaron mucho a la causa.
Pero gracias a las complicaciones de sus dos rivales en los compromisos en Gran Bretaña y España le permitieron erradicar dicho déficit para llegar a la final de Australia con diferencia de tres puntos sobre el belga y de 23 ante el estonio.
No hay margen de error en las últimas 24 etapas del Mundial, pero con todo y la desventaja que implica salir a manejar primero durante el viernes, opina que Neuville y Tänak ahora ocupan el rol de oponente que él mismo tenía hace no mucho tiempo.
«Ahora la presión está en nuestros rivales para recuperar esa diferencia», aseguró. «Somos conscientes que abrir pista no será una tarea sencilla, pero todo puede ocurrir y estamos preparados para este desafío. Nosotros hemos disfrutado mucho éxito en Australia a lo largo de los años y nuestra meta es añadir a ese éxito».
Australia será la última participación de Ogier con Ford M-Sport, ya que en 2019 volverá a Citroën.