En México decimos: “Explicación no pedida, culpabilidad manifiesta”. Eso precisamente hizo Mercedes con su carta abierta a los aficionados para responder a las acusaciones que corren en las redes sociales sugiriendo que favorecen a Nico Rosberg sobre Lewis Hamilton. En México también decimos: “Calladito te ves más bonito”, pero Toto Wolff no lo entiende y ya les dijo “lunáticos” a los aficionados que hablan de la teoría de la conspiración contra Lewis. Y ya que Toto ya abrió la boca, hagamos lo propio.
Creo poco probable que alguien, o un grupito de gente, en Mercedes quiera favorecer a Nico y lo haga actuando en contra de Lewis. Pero al inglés ya le han fallado muchas cosas en las primeras cuatro fechas del año, demasiadas diría yo. Fallas consecutivas en la calificación en China y Rusia que lo han relegado a arrancar muy atrás de su coequipero, pese a que ha sido más veloz en general en las prácticas y calificaciones; penalizaciones por cambios en la caja u otros componentes, que Nico no ha sufrido; mensajes de táctica que lo hacen bajar el ritmo por otras fallas que nunca vemos, pero que se nos dice –y no tendríamos por qué dudarlo– que suceden.
Las coincidencias son raras en el mundo, y menos en un deporte profesional. Mucho menos en un equipo tan profesional como el de Mercedes con su retahíla de títulos y victorias arrasadoras en la categoría máxima desde 2014. Y las coincidencias se han dado en 2016, todas en el campo de Lewis cuando la probabilidad nos dice que de ser fallas aleatorias deberían caer más o menos repartidas al 50% en el campo de Nico y 50% en el de Lewis.
El caso es que Lewis está en desventaja, pues ya va en la cuarta unidad de poder del año (tiene cinco), mientras Nico va a dejar la primera apenas, y eso en las carreras finales implica más penalizaciones, más desventaja y un sesgo a favor del güero que lleva varios años demostrando claramente que no puede con el moreno en condiciones de igualdad, como vimos en la Q3 en España.
Eso mismo sucedía, si recuerdan el inicio de la década, en 2010-2013, en Red Bull cuando las fallas parecían venir siempre del lado de Mark Webber, quien no era de la cantera de RBR sino herencia, y se suponía que había una conspiración para favorecer a Sebastian Vettel para lograr los campeonatos, pues él sí es hechura del equipo juvenil de la firma. Bueno, pues resulta que siguiendo con los hechos actuales, Nico es alemán, como Mercedes –aunque el equipo tenga base inglesa– y Lewis ya ha sido campeón dos años, mientras que Nico no. Lewis es mucho más piloto, no sólo estadísticamente, véanlos en la pista, dónde frenan y cómo aceleran, sus trayectorias, y todo lo que quieran comparar. Y causalmente si Lewis se corona por tercer año consecutivo, se podría argumentar que el bueno es él y no el auto, como los que dicen que Vettel era el bueno y no RBR y como prueba sugieren que una vez que se fue el germano de RBR, estos no han vuelto a ser campeones.
Entonces si Lewis sigue ganando, el bueno podría ser él y no el auto, pero si Nico gana, entonces el bueno es el Mercedes. Esa es una razón poderosa corporativamente, nada lunática. Luego tenemos que al final de 2016 Lewis tiene contrato y Nico no. Lewis tiene la ventaja, es el bicampeón y debería ir para tricampeón si la confiabilidad de su W07 fuera tan buena como la de Nico. A Nico se le puede presionar para firmar ahora, barato, pero a Lewis la presión para abaratarlo sólo se daría si hay otro campeón en las filas de Mercedes. Si Lewis es tricampeón, va a costar más firmarlo a futuro que cuando lo trajeron, así que algún cuentachiles en la empresa podría querer que no lo sea. ¿Lunático? No lo parece.
Y podemos seguirle, pero a nivel alto es relativamente fácil tener una persona de confianza que supervise la instalación de los motores y haga que algo falle en los de Lewis, por patria, por marca o por simple animosidad personal. ¿Probable? No mucho. ¿Posible? Ciertamente. Entonces, ¿para qué andar dando explicaciones cuando nadie las pidió? Las redes dirán misa, pero los medios no habían cuestionado la ética de Mercedes. Aquí aplica otro proverbio muy mexicano: “Cuando el río suena, agua lleva”. ¿O era, “No hagas cosas buenas que parezcan malas”? El caso es que con su desmentido ahora si ya la teoría de la conspiración parece menos improbable.