La serie tuvo que esperar hasta su última fecha para conseguir campeón, y fue en Miami – en el Homestead Speedway – donde se realizó la denominada Ecoboost 300, que Dillon tuvo una carrera sufrida y descrita por él mismo como “la peor de la temporada”, pero aun así logró los puntos necesarios para llevarse el título.

La competencia fue ganada por Brad Keselowski, quien ya no tenía oportunidad para convertirse en campeón, sin embargo los que peleaban por ello no tenían las cosas a modo en la búsqueda del triunfo, pues Dillon tuvo complicaciones con el desempeño de su auto, pero se mantuvo entre los mejores cinco por gran lapso de la competencia, para – en las últimas vueltas y ante la constante aparición de banderas amarillas – perder lugares hasta terminar en el puesto 12.

Al cruzar la línea de meta y sin estar seguro, Austin preguntó al equipo si lo habían logrado, recibiendo al cabo de unos segundos una respuesta positiva, pues su más cercano perseguidor, Sam Hornish hijo, vio como perdía el tercer lugar de la competencia en las últimas cinco vueltas, al ser superado por la caída en el desempeño de sus neumáticos, y con ello veía como se le escapaba el título de las manos al cruzar la meta en el octavo lugar y ser superado por tan solo tres puntos.

¡Felicidades al campeón!