Fernando Alonso continúa acaparando la atención del deporte motor al conducir autos de ramos distintos. Ahora, ha entrado en el mundo de los vehículos «todo terreno».
El español maneja esta semana el Toyota Hilux. Generación 2019, que ganó el Rally Dakar de enero pasado; hoy miércoles, acumuló alrededor de 900 kilómetros en el Desierto de Kalahari, en Johannesburgo, Sudáfrica, teniendo asistencia del veterano Giniel de Villiers.
Tras manejar tramos cortos, de 8 y 17 km, en terrenos con dunas, el bicampeón de Fórmula Uno quedó con una impresión interesante, pero que en términos generales ha disfrutado.
«He intentado series diferentes y autos diferentes en los últimos dos años, y esta es una oportunidad de intentar algo muy diferente a lo que estoy acostumbrado a manejar», comentó. «El auto rueda bien, con adherencia buena, balance, potencia y frenado. Todo se siente increíble. Ha sido divertido. Diferente, sin duda, pero interesante».
Alonso, quien corre para Toyota en el Mundial de Resistencia, describió los caminos desérticos como complicados, pero cómodos, en función de los brincos del camino y sus diferencias entre cada uno, que requieren una técnica y velocidad específicas, además de que se acumula una temperatura significativa en la cabina. «Es grandioso que Fernando viniera con nosotros a probar en Hliux», destacó De Villiers, ganador absoluto del Dakar en 2009. «Es la mejor forma de intentar algo tan diferente para él y tan nuevo. Es cuestión de acostumbrarse al terreno, leer los brincos, las dunas, todo a lo que no estás acostumbrado».
Alonso seguirá probando este jueves; en última instancia, el acercamiento puede resultar en una participación futura en el Dakar, que ha cambiado de director hace algunas semanas y podría regresar a África, o visitar Medio Oriente, a partir de 2020.