Si Lewis Hamilton fuera espectador y viera el dominio de un solo piloto y falta de espectáculo en la F1 actual, habría preferido ver algún resumen con momentos relevantes.
El británico ha sido imparable en prácticamente toda la temporada en curso, ganando cinco de las siete PPs posibles, logrando cinco victorias y subiendo al podio en seis, por lo que ahora tiene ventaja de 50 puntos sobre su coequipero Valtteri Bottas.
En Spa-Francorchamps, con todo y la aparición del Auto de Seguridad, su actuación fue una procesión nueva, al mantener a distancia al finlandés y elaborando más de 15s de ventaja sobre Max Verstappen. De no haber sido por la Vuelta Rápida de Daniel Ricciardo, ya se hubiera embolsado el histórico octavo Grand Chelem que lo igualaría con Jim Clark.
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Pero Hamilton apela a que los aficionados entiendan que los pilotos de F1 no son responsables de las ineventualidades y falta de espectáculo en pista, que siguen extendiéndose conforme los fines de semana pasan.
«Espero que la gente pueda entender que no es culpa nuestra. Al final del día somos pilotos, hemos pasado por todos los rangos, nos hemos ganado las posiciones que tenemos, venimos cada fin de semana dedicados y damos absolutamente todo para salir y actuar lo mejor posible», comentó después del GP de Bélgica.
«En última instancia, los responsables de la toma de decisiones que diseñan los coches, que establecen las reglas y ese tipo de cosas, son a los que yo podría presionar para que, en última instancia, hagan un mejor trabajo avanzando, si es posible».
«Espero que eso sea lo que van a hacer en 2022, con ese tipo de auto nuevo, tal vez veamos una forma diferente de carreras donde puedas perseguir. ¿No sería eso algo (bueno) si pudiéramos perseguir más de cerca y tener carreras más cerradas?».
Es cuestión de tiempo para que Hamilton supere a Michael Schumacher en cantidad de victorias y lo iguale con siete campeonatos de F1; cuando su renovación en Mercedes se formalice, estará ahí la posibilidad de convertirse en el piloto más laureado de la historia en años venideros.
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Como ocurre al final de cada fin de semana, el británico le debe a su grupo el esfuerzo y la «mentalidad increíble» para trabajar en las fábricas, pese a que sea algo que no a todos les parezca.
«Seguimos aprendiendo sobre nosotros mismos, sobre el auto, sobre cómo nos desarrollamos y mejoramos los fines de semana», explicó. «Y honestamente, es una locura pensar que tengo 35 años, voy hacia los 36 pero me siento mejor que nunca, así que eso es positivo».
