La jornada de domingo en Talladega mostró evidencias nuevas de que el racismo sistemático en Estados Unidos es muy profundo, pero NASCAR se compromete a promover un cambio.
La GEICO 500, que debía realizarse ayer en el autódromo ubicado en Alabama, se tuvo que posponer para este lunes por una serie de tormentas que aparecieron a lo largo de la tarde.
Pero eso no fue lo que acaparó los titulares. Por la mañana, un grupo de manifestantes apareció en las afueras de la pista en señal de rechazo a la decisión de la categoría, de hace 12 días, de prohibir el uso de la bandera confederada en sus eventos.
Desde sus inicios, esta liga se ha caracterizado por tener un estereotipo muy conectado a la personalidad de los estados del Sur de Estados Unidos, como Alabama, donde la presencia del aficionado blanco y conservador es evidente.
Al tiempo que su presencia se ha disipado con el tiempo, un sector de la audiencia se ha mostrado inconforme, argumentando que la omisión de la bandera «omite la historia», cuando lo que en realidad se quiere omitir es la desigualdad y discriminación racial.
Esto último también se demostró cuando apareció un aeroplano con la bandera confederada y la frase «Desfinancien a NASCAR» en la zona del circuito el mismo domingo, haciendo cierta alusión a la consigna «Desfinancien a la policía», que quiere acabar con la brutalidad policial.
La AP informó que la organización «Hijos de los Veteranos Confederados» se adjudicó la autoría del hecho.
Here is a view that shows where the Confederate flag is flying with the message “Defund NASCAR” pic.twitter.com/4tQpUnJxfh
— Bob Pockrass (@bobpockrass) June 21, 2020
La noche del domingo, NASCAR anunció una investigación inmediata por otro suceso, aún más grave: la aparición de una soga con nudo de horca en el garage de Wallace, una señal para desacreditar el movimiento social que el mismo piloto representa en Estados Unidos, tras el asesinato de George Floyd.
«Estamos enojados e indignados y no podemos decir con la suficiente seriedad con qué seriedad tomamos este acto atroz», declaró la serie.
«Como hemos dicho inequívocamente, no hay lugar para el racismo en NASCAR y este acto solo fortalece nuestra determinación de hacer que el deporte sea abierto y acogedor para todos».
Identificar al responsable no será difícil, ya que a pesar de que se está permitiendo un máximo de 5 mil espectadores a la competencia, no tienen acceso a los garages, por lo que es muy posible que la identidad provenga de un oficial de la categoría, miembro de un equipo o del personal del autódromo.
Según el Condado de Talladega, NASCAR reportó el incidente al FBI, al tiempo que pilotos y el mismo Gobernador de Alabama, Kay Ivey, ofrecieron su apoyo total a la serie y a Wallace, quien irónicamente es originario de Mobile.
Las tres no son las primeras acciones que van en contra del movimiento contra el racismo, pero sí son las de mayor impacto. Conforme transcurran las semanas, se verá si NASCAR es capaz de seguir combatiendo este problema social e infortunado.