En la noche asiática, Alonso rescata el podio atrás de Button, y sigue al frente del campeonato.
Carlos Jalife
La batalla en la noche de Singapur se dio desde los entrenamientos entre Vettel y Hamilton, reedición del duelo clásico Red Bull contra McLaren, mientras Alonso miraba como las nuevas piezas del Ferrari no le daban el resultado esperado.
Entre Lewis y Sebastian estaba Pastor, sin puntos desde su triunfo en Valencia, un circuito callejero muy similar en el cual también fue batido por Lewis al calificar, pero una penalización le dio la punta y el triunfo vino solo, pues el criollo maneja muy bien cuando está al frente. Ahora estaba segundo con Lewis al lado y veríamos si podía repetir su acto de Valencia.
Atrás, cuarto antes del Ferrari, estaba Button en el segundo McLaren, y luego venían Di Resta, Grosjean y los Mercedes, mientras que los Sauber se habían quedado fuera con Hulkenberg y Massa, sin ritmo en las curvas, frenando todo el tiempo y desgastando las llantas de más. Sergio Pérez saldría 14° y todos esperaban una de sus corridas magistrales de una parada menos que los demás, lo cual en este caso podría significar dos detenciones en vez de las tres que la mayoría temía en el carril largo de fosos que quita casi medio minuto.
El domingo en la noche Sergio, y otros seis, decideron arrancar con las llantas suaves, ir a una primera parada larga y calzar las super suaves para el final, muy a la Monza, pero sin calor en la pista –es la única del año en la que la temperatura ambiental es mayor que la del asfalto–, quizás el desgaste fuera menos y las suaves no tendrían ventaja sobre las más blandas.
Los autos se alinearon para la largada con Lewis tomando la punta sin problemas, pero Pastor se fue ancho y Vettel lo pasó en la primera frenada, Button, poco después; no habría repetición de Valencia. El resto se acomodó casi sin incidentes, aunque los Mercedes y Grosjean cortaron la primera curva al ser empujados por un Webber muy ancho, pero se formaron sin ganar posición y los comisarios los dejaron vivir.
Empezó entonces una larga carrera de cuidar los neumáticos mientras los tanques se vaciaban un poco y permitían incrementar el ritmo. Al frente el MP4-27 y el RB8 circulaban sin prisa separados por un par de segundos, pero Button en tercero perdía un segundo por giro frente a Vettel y el resto todavía más. Sin embargo, para la vuelta 8 Vettel ya estaba girando más lento y Button se acercaba, y perdió dos segundos en la 9 por lo que lo mandaron parar para ponerle un juego de suaves.
Sólo su coequipero Webber paró antes y parecía que Red Bull estaba en problemas. Pero Lewis reportó problemas con sus Pirelli y se detuvo en la 12, por suaves, y los líderes quedaron atrapados en mitad del pelotón mientras Button completaba unas vueltas más y paraba con la mayoría sin perder tanto tiempo, con lo que no era impensable que pudiera intentar brincarlos en la siguiente detención con llantas más frescas hacia el final de su corrida. El único que perdió tiempo en su parada fue Grosjean, quien salió atrás de Rosberg y ahí dejó de ser amenaza.
Lewis encabezaba la carrera de nuevo una vez cumplida la ronda de paradas, pero Vettel se volvió a acercar a menos de dos segundos –si intentaba más perdía adherencia y mataba las llantas delanteras– y ahí estaba cuando Pérez paró en la 18, definitivamente en estrategia de dos cambios, igual que Hulkenberg.
Lewis empezó a sentir que el diferencial fallaba, luego perdió la tercera, la caja se ponía en neutral y finalmente se quedó sin cambios en el giro 22 y dejó la punta a Vettel, mientras Button estaba siendo alcanzado por Pastor. Pero el segundo juego de llantas estaba cerca del final de su vida útil y los pilotos seguían sin atacarse cuidando no dañarlos para ver si se ahorraban la tercera parada. Pastor y Alonso fueron los primeros en detenerse otra vez, en la 29 y el Ferrari tardó menos y salió muy cerca del Williams.
Kimi Raikkonen estaba atascado atrás de Schumacher y no podía pasarlo, así que lo llamaron a los fosos en la 32 y justo cuando salía, el HRT de Karthikeyan se fue de frente en la Curva 18, pues el piloto giró el volante y el auto no dio vuelta.
Esto provocó un auto de seguridad y de inmediato la mayoría de los punteros aprovecharon la parada gratis bajo amarilla, pero Pérez y Hulkenberg se quedaron fuera pues no tenían necesidad, aunque su carrera estaba arruinada. Pastor también se detuvo con un problema hidráulico que resultaría terminal.
Sin prisa pasaron seis giros y casi al reanudarse la acción en la 38 Button venía acelerando, Vettel viró calentando sus llantas y el inglés casi se lo lleva, bajo amarilla, y prontamente lo acusa por radio. El alemán aceleró y conservó la punta mientras Webber pasaba a Hulkenberg y Schumacher se acercaba a Pérez y Vergné, ambos con llantas ya bastante usadas.
Esta vez el heptacampeón se llevó al francés –el año anterior fue la mexicano– en la frenada de la curva 8 y causó otro auto de seguridad, que forzó a Hulkenberg y Pérez a parar en la 40, por llantas súper suaves que deberían durar más de 20 giros –aunque la carrera se acercaba al límite de tiempo– pues eran 61 los pactados. Webber también tuvo que entrar por sus llantas suaves, sin haber podido aprovechar las súper suaves y cayó entre los coleros.
La pista estuvo lista en el giro 44, pero con las vueltas perdidas tras el insignia todos deben llegar hasta el final y será cuestión de cuidarse para no necesitar llantas. El tren se forma, Vettel, Button, Alonso y el resto y las vueltas se cuentan hasta llegar a 59 en el límite de dos horas de carrera, virtualmente sin cambios.
Solamente Webber pasa gente, pero cuando intenta con Kamui –por el sitio 13– lo hace cortando la chicana de la Curva 9 y los comisarios le aplicarán una penalidad que le quitará el décimo sitio, que heredará Sergio, tras batallar todo el día. Hulkenberg queda 14, a 10 sitios de su coequipero Di Resta, quien así obtiene su mejor resultado en la F1 y se mete a la pelea por un asiento mejor en 2013. La noche es joven, así que todos van a buscar la fiesta que no hubo en la pista.