La IndyCar sigue teniendo un espectáculo de primera, muchos ganadores –más en 2015 que la F1 en todo este siglo– y la paridad es excepcional, pero con las velocidades en los óvalos, la seguridad sigue siendo un problema pendiente, como reporta NUESTRO EDITOR DE INDY
SERIE
Para 2015 el campeonato de monoplazas más importante de Norteamérica tiene 16 carreras, pero la mezcla ha cambiado sin Fontana, pero con Road America, sin Milwaukee, pero con Phoenix y sin NOLA –que duró una temporada solamente– pero con el GP de Boston debutando como fecha callejera. La batalla entre los fabricantes será, una vez más Chevrolet contra Honda –todos con chasises Dallara aunque con desarrollos aerodinámicos propios– y aunque siempre hay paridad en la pista y muchos pilotos ganadores, pero a la vez permanece el dominio de los tres equipos grandes de la serie, los que se han llevado todos los campeonatos en los últimos 13 años.
IndyCar fue marcada en 2015 por la muerte de Justin Wilson, por un error de conducción de otro piloto cuyo auto se despedazó en la barda y una pieza golpeó al inglés en la cabeza.
Y con varias carreras en óvalos, incluyendo la joya del calendario, la Indy 500 –que cumple su edición 100 en 2016– la serie busca formas de asegurar que no haya accidentes fatales, pero en un deporte en que las velocidades de 350 kph son comunes, eso es imposible.
Pero el énfasis en 2016 será la centésima edición de las 500 Millas de Indianápolis, que debe tener suficientes autos para cubrir su cuota de 33 arrancadores sin problemas. La serie ha hecho cambios en los procesos de calificación para la carrera, pero en general han estado puliendo todas las reglas desde hace varios años y lo harán sin Derrick Walker, quien dejó la presidencia operativa y de competencia, y fue reemplazado por Jay Frye, antes dueño de equipo en NASCAR y director de ingresos de la empresa dueña de IndyCar.