Un acuerdo nuevo ha conservado a Caterham en la parrilla de F1, pero ¿qué hay del largo plazo? JONATHAN NOBLE investiga y analiza como llegaron las cosas a este punto

El equipo Caterham F1 estaba a punto de cerrar sus puertas antes del GP británico cuando se completó un acuerdo de venta con un grupo inversionistas anónimos suizos y del medio oriente. Aparte de la decepción creciente del dueño Tony Fernandes acerca del estado de la F1, así como una lista creciente de acreedores, solo los esfuerzos frenéticos para encontrar financiamiento fresco pudieron evitar el cierre de la escuadra. Pero aunque los dueños nuevos le han dado un salvavidas en el corto plazo, ¿qué tanto sirve este acuerdo para sus prospectos en el largo plazo?

EL FIN DE FERNANDES 

El empresario de AirAsia, Fernandes, entró a la F1 en 2010 con ambiciones de éxito en las pistas y determinado a cambiar la cara comercial del deporte con ello. Pero se enredó en los problemas del nombre Lotus, lo que lo hizo cambiar a Caterham –que recién había comprado– y enfrentó la realidad de que el desempeño en la pista era más difícil de lograr y más caro de lo que originalmente había anticipado, y su frustración creció.

Al inicio de 2014 , tras cuatro campañas sin puntos y nulo retorno de la inversión abundante, dijo que era tiempo de marcar o morir (ver FASTmag #26, marzo 2014). Caterham no ha dado puntos, en parte por los problemas del motor Renault, pero también por aerodinámica deficiente.

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Una reestructura temprana del personal técnico no fue suficiente para Fernandes y el golpe devastador fue que en el GP de Mónaco su rival Marussia marcó sus primeros puntos y se puso noveno en el campeonato de constructores. Esto deja a Caterham en riesgo de perder el dinero de los derechos comerciales si no puede remontar antes del fin de la campaña. Ese riesgo es lo que incita a la acción de los dueños nuevos que instruyeron al ex jefe de equipo de F1 Colin Kolles a cerrar el acuerdo en su nombre.

HACIA EL FUTURO 

Aunque la identidad de los dueños se mantiene anónima, algunos nombres se han deslindado del acuerdo, como Flavio Briatore, el ex CEO de Lotus, Dany Bahar y el dueño de Quantum Motorsports, Mansoor Ijaz. Kolles insiste que los nombres no son importantes, la clave es lograr los cambios que devuelvan viabilidad a Caterham en el corto plazo.

En cuanto a la administración, Kolles sabe que para lograr resultado no bastan sus esfuerzos por lo que reemplazó al director Cyril Abiteboul con un nuevo equipo dirigido por el ex piloto de F1 Christijan Albers y su aliado de mucho tiempo, Manfredi Ravetto. Aunque el trio sigue evaluando las operaciones del equipo para ver como dividírselas mejor, Albers es el que probablemente se encargará de lo deportivo y asuntos en pista para liberar a Kolles para atender la situación comercial. Kolles no tiene ambición de dirigir Caterham de tiempo completo pues sigue involucrado en los planes del equipo Forza Rossa para la F1 2016 con apoyo rumano.

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En el lado técnico, Kolles y Albers esperan hacer más eficiente la organización, tanto en los procesos laborales como en número de personal. Les preocupa que el equipo se volvió muy grande muy pronto para tratar de avanzar y eso sólo o dejó en el limbo.

También se está invirtiendo en mejorar el auto tan pronto como sea posible porque sin eso el equipo no tiene oportunidad de ganarle a Marussia o Sauber. Ya se dio luz verde para una adecuación aerodinámica que se espera esté lista para el GP belga a fines de agosto. Y podría haber cambios en los pilotos: aunque el patrocinio amplio de Marcus Ericsson significa que su sitio está seguro, Kamui Kobayashi no está garantizado y podría ser reemplazado.

EL DÉCIMO ES LA CLAVE 

Kolles y Albers rehúyen llamarse salvadores del equipo Caterham –aunque sin ellos el equipo probablemente ya no estaría en la F1– dado que el dinero en premios si acaban en décimo entre los constructores es lo fundamental para el futuro del equipo. Con 50 MDD dependiendo del resultado, es claro que el enfoque está en sacar el trabajo, pues si Caterham falla, su futuro estará en duda… una vez más.

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CHRISTIJAN ALBERS – PARTE DEL NUEVO EQUIPO DIRECTIVO

Causó sorpresa el anuncio que dirigirías al equipo. ¿Cómo te involucraste? 

Yo lo cavilé mucho tiempo, pero a veces en la vida el tren está pasando y o te subes o sigues esperando. Si no creyera en ello, no lo haría. Sería un reto duro y difícil, pero estoy listo para pelear de igual manera que el equipo que me rodea.

¿Tienes claro los cambios que quieres hacer? 

Nos gustaría ser el equipo más eficiente. Ahí es donde tenemos que estar. Pero saber qué paso vamos a dar la semana que entra es un poco temprano, hay que ver al equipo. Hay muchos puntos que podrían ser mejores y también hay mucha gente que pensé que no eran buenos y son muy buenos.

¿Te consideras parte de un grupo que salvó Caterham? 

¿Salvarlo? Todavía no salvo nada. Pienso que hay una posibilidad de que podamos darle la vuelta, pero también vienen días difíciles porque parece que es más difícil de lo que pensamos originalmente.

¿Es esencial el décimo en el campeonato de constructores para el futuro de Caterham? 

Claro, pero no te voy a decir que seremos campeones mundiales porque sería basura. Pienso que hay que ser realistas, trabajar para tener una situación sana en la que todos puedan sobrevivir y de ahí hay que empujar. La prioridad es conseguir tantas actualizaciones como sea posible a un costo razonable”.