Entre 1886 y 1949 no existió la F1, pero si las carreras y hubo pilotos muy destacados, incluso, uno que muchos consideran el mejor de la historia; siguiendo con el tema del mejor de la historia, nuestro historiador en jefe indica los mejores de antes de la F1, para completar el análisis.
Volante cuya carrera de más de 20 años incluyó triunfos en los GPs de Italia y Francia, dos Mille Miglia, y podios en la Targa Florio. Piloto de Alfa Romeo, pasó a Maserati al arribo de Nuvolari. Debió ganar el título europeo de 1931 que perdió en un desempate ilógico. Murió liderando el GP italiano 933 al derrapar en aceite.
Corrió mayormente para Bugatti antes de la II Guerra, siendo su mejor piloto en la época. Al terminar su trabajo en la Resistencia gala antinazi, regresó a las pistas con Alfa Romeo ganando los GPs de Italia, Suiza, Francia y Bélgica entre 1946 y 1948, pero murió practicando para el GP argentino de 1949 en un Simca-Gordini.
Inició a los 21 años en 1934 con un MG propio y para 1937, tras probar en el Nürburgring, firmó con Mercedes. Aprendió pronto y en 1938 venció en el GP alemán; ejecutó el saludo hitleriano en el podio, lo que le ganó muchos adeptos germanos. Líder en la lluvia en el GP belga 1939, patinó, chocó; su auto ardió y él murió.
Empezó a correr en 1900 y su estilo de aguantar hasta que los líderes abandonaran le dio muchos triunfos. En 1907 sobre FIAT ganó la Targa Florio italiana, el Kaiserpreiss alemán y el GP de Francia, equivalente a ser campeón del mundo. Corrió hasta 1923, tras ganar el GP francés de 1922. También construyó autos propios.
Mecánico del equipo Mercedes, recibió la oportunidad de correr en 1937, ante el desdén de sus coequiperos aristócratas y se probó en la pista. En 1939 ganó el título europeo con triunfos en dos de las cuatro fechas puntuables. Tras la guerra ganó Le Mans y fue segundo en la Panamericana 1952, pero falló, por edad, en F1.
Monegasco, ganó su GP natal en 1931 y obtuvo más podios para Bugatti que nadie, con triunfos en casi todos los GP nacionales, además de las 24 Horas de Spa. Tras la guerra siguió ganando y quedó tercero en Mónaco 1950 a los 50 años, corriendo ahí hasta su retiro en 1958. Luego fue organizador del propio GP del principado.
Motociclista destacado, en 1928 optó por los autos a los 24 años. Fue gran piloto de Alfa Romeo y Maserati, campeón italiano en 1929 y 1934 –año en que ganó además la Mille Miglia– antes de ir a Auto Union en 1935, pero se enredó con Ilse Pietsch, esposa de un coequipero, quien lo aficionó a la morfina y su carrera declinó. Vino la guerra y Achille se curó para regresar a las pistas en 1946 y ganar carreras menores. En 1948, practicando en la lluvia para el GP suizo, su auto patinó en las vías del tren y se volcó, aplastándolo.
El germano de apellido italiano inició su carrera en motos, además de vender autos para la firma Fafnir. Mercedes lo contrató como vendedor, pero empezó a ganar muchas carreras con sus autos y dejó las ventas y se dedicó a ganar GPs, hillclimbs y carreras de resistencia. En 1931-32 continuó su éxito con Alfa Romeo, pero en 1933 tuvo un accidente y hasta 1934 regresó con el equipo oficial de Mercedes con el que ganó los títulos europeos de 1935, 1937 y 1938. Intentó regresar tras la Guerra, pero se retiró en 1952 por otro choque.
Campeón de motos, brincó al equipo oficial de Auto Union, con sus impredecibles autos de motor trasero, en 1935, sin experiencia en autos de careras. Dominó las bestias diseñadas por el Dr, Porsche y al final del año ganó el GP checo, para convertirse en campeón europeo en 1936 con triunfos en los GPs de Alemania, Suiza e Italia, En 1937 dio la pelea a Mercedes y ganó la Copa Vanderbilt (EU) y el GP de Donington (GB). Impuso récords de velocidad y en enero de 1938, buscando recupera uno que había roto Caracciola, murió en el intento.
Empezó a correr motos en 1920, a los 27 años, y fue campeón de 350 cc de Europa en 1925, obteniendo cientos de triunfos. Corrió incluso enyesado en posición que le permitiera manejar la moto y aún así ganó. En 1925 también corrió autos y para 1931 se enfocó a las cuatro ruedas exclusivamente con la escuadra de Alfa Romeo. En 1932 fue campeón europeo y ganó además su segunda Targa Florio y el GP de Mónaco, pero el regreso de los autos alemanes en 1933 disminuyó sus triunfos, aunque ganó Le Mans. En 1935 batió en su viejo Alfa –de la Scuderia Ferrari– a 5 Mercedes y 4 Auto Union en el GP alemán en Nürburgring, el llamado “triunfo imposible”. En 1936 ganó la Copa Vanderbilt, pero sus Alfa eran cada vez peores y en 19938 los dejó. Auto Union lo firmó y prontamente ganó en GP de Donington y el italiano y despidió la era civil ganando el GP de Belgrado de 1939 dos días después del estallido de la II Guerra. Tras la guerra regresó, a los 53 años a ganar el GP de Albi en un Maserati y en 1948 lideraba la Mille Miglia por 29 minutos, sentado en un saco de naranjas porque su asiento se había roto, con la dirección dañada y la suspensión parchada por dos salidas de ruta cuando, a 150 kilómetros de la meta en Brescia la suspensión de su Ferrari se rompió. Corrió unas veces más, manejando con una mano para sostener con la otra un pañuelo en el que escupía sangre de los pulmones dañados. En 1950 ganó su carrera final, en clase, la 107 de 227 que corrió (47.1%) y se retiró. Murió tres años después en su cama, pues se decía que tenía un pacto con el diablo para no morir en las pistas. Enzo Ferrari y Ferdinand Porsche estuvieron de acuerdo en una sola cosa en la vida: Nuvolari fue el más grande.