El piloto inglés sentenció que el campeonato lo quería obtener con una victoria, situación que se puso en duda después de que su coequipero obtuvo la PP para el GP de Abu Dhabi – última fecha del calendario y que definiría el título. Una gran largada lo puso de inmediato en la primera posición, la cual cuidó hasta ver la bandera a cuadros después de 55 vueltas al trazado de Yas Marina y consagrarse campeón del mundo como quería, en lo más alto del podio.

El único que podía robarle la gloria a Lewis era Nico Rosberg, quien fue víctima primero de la presión, al no poder mantener a Hamilton a distancia de DRS y en la desesperación se fue de largo cediendo más de cuatro segundos al ahora bicampeón, para finalmente sucumbir ante los problemas técnicos que le presentó su W05 Híbrido, que lo relegaron al decimocuarto puesto.

Entre el dominio de la marca de la estrella solitaria destacó el dominio de Lewis, por lo que después de 19 jornadas en las que cosechó 16 podios, distribuidos en un número aplastante de 11 victorias, acompañadas de tres segundos lugares y dos terceros puestos, el piloto inglés de manera justa se proclamó campeón de la categoría, en un igualmente impresionante escenario.

384 puntos le dan el cierre perfecto a una campaña que vio cómo con lágrimas en los ojos Hamilton asimilaba lo logrado en un año en el que contó con el mejor auto de la parrilla. 67 puntos atrás quedó Nico Rosberg, quien a pesar de todos los problemas terminó la competencia sobre la pista, aun con el llamado del equipo para abandonar a falta de vuelta y media de competencia, de esta forma le dio fin también a una gran temporada con la cabeza en alto.

Felicidades Lewis. Felicidades campeón.