Mercedes bate a BMW en la última vuelta y Gary Paffett se afianza en el liderato

Por Charlie Edwards

Llegó a su ecuador el DTM 2012 en el circuito callejero de Nuremberg –el Norisring o Mónaco alemán– con una carrera llena de emoción y rebases que dejó triunfador a Jamie Green por cuarta vez en cinco años, y Audi sigue intentando encontrar la fórmula que le dé un triunfo pues tiene una década sin imponerse en esta pista de 2.3 kilómetros con apenas cuatro curvas.

En la calificación Augusto Farfus (BMW) dio la sorpresa al meterse en la pelea tras los Mercedes de Green y Paffett (Posición de Privilegio), mientras Mattias Ekstrom (Audi) se colocaba cuarto y los bomberos rociaban el asfalto de la pista que se había derretido el viernes por las altas temperaturas.

El domingo en la parrilla llovía y las calles que forman el trazado estaban resbalosas por lo que todos salieron con llantas con dibujo. La corrida a la primera curva fue espectacular por la cortina de agua levantada por los autos y en la frenada empezaron los problemas, pues los de atrás le pegaron a los de adelante y se provocó una reacción en cadena que eliminó a Farfus –considerado el causante– y Ekstrom de inmediato, mientras Wolff y Mortara serían retirados más tarde por daños.

Paffett fue trompeado y quedó frente a algunos de sus perseguidores a los cuales taponeó. Salió el auto de seguridad y con Ralf Schumacher al frente y Paffett en la cola se reanudó la carrera en la tercera vuelta, pero el cambio de posiciones era constante, al igual que los toques y despistes por las frenadas tarde en las curvas 1 y 4.

Paffett estaba decidido a recuperar el tiempo y para cuando se abrieron los fosos en el giro 21 ya iba undécimo, pero dejó que todos pararan, la mayoría hasta las dos veces que marca el reglamento, para poder correr con pista libre y ser más rápido.


Mientras tanto Green y Vietoris eran la sombra de los BMW de Tomczyk y Spengler, quienes lideraban, sin Audis en la pelea. Paffett extendió su parada hasta el giro 56, cuando ya estaba de líder, y volvió a parar en la 61, justo antes de que se cerrara la ventana de fosos y cayó al cuarto sitio, detrás de los BMWs y Green y delante de Vietoris, quien apostó por llantas de seco y no le resultó.

La carrera no iba a llegar a la distancia pactada por la pista mojada y Green estaba a unos ocho segundos del líder con 15 giros por cumplir. Jamie apretó y en el 76 alcanzó a Spengler y lo pasó en la curva final, pero el campeón 2011 estaba casi 2 segundos adelante. Green recortó ocho décimas en el giro 77 y para la curva final estaba encima del BMW de Tomczyk y lo rebasó para enfilarse a la meta y ganar una carrera que nadie esperaba, y darle el décimo triunfo seguido a Mercedes en el Norisring.