James Key, director técnico de Toro Rosso, nos platica cómo la diferencia de diseño entre los motores los ha forzado a cambiar partes del auto: los turbo compresores están en locaciones distintas, y el diseño original estaba programado para el motor Renault. A su vez, McLaren enfrenta el mismo problema pero al revés.
“Son completamente distintos” dijo Key, “Es un motor muy compacto, pero la arquitectura es completamente distinta a lo que teníamos. No se ajusta al mismo espacio, y hay una buena parte del auto que debe rediseñarse para adaptarlo”.
Key enfatizó lo importante que era no perder el trabajo aerodinámico que ya se había realizado para 2018. “Tratamos de apegarnos a la regla de que, si un auto ya ha sido desarrollado durante cierto tiempo, no modificamos partes muy grandes para no afectar demasiadas áreas”.