El escenario para la presentación del Serie 8 de BMW fue el Concurso de Elegancia de Villa d’Este, inmejorable para la estrategia que la marca seguirá en los años venideros. De acuerdo con el mandamás de BMW, Harald Krüger, la apuesta del fabricante es incrementar su participación de mercado en los segmentos de mayor lujo, en donde justamente el Serie 8 jugaría un papel muy importante.
El Serie 8 Concept tiene una carrocería tipo coupé y, según BMW, el habitáculo “establece niveles nuevos de calidad y lujo en su segmento”. La carrocería está pintada en un color gris azulado denominado Barcelona Grey Liquid, y tiene varios elementos fabricados en fibra de carbono, como el difusor aerodinámico trasero o partes de la parrilla. Los rines son de 21 pulgadas de diámetro, y los faros usan tecnología láser.

Por su parte, el habitáculo está fabricado con materiales como aluminio para puertas y tablero, piel Napa para el tapizado de los asientos y los paneles de las puertas, fibra de carbono en la estructura de los asientos delanteros y molduras decorativas; e incluso cristal de Swarovski para el controlador iDrive del sistema multimedia y la palanca de cambios. Obviamente estos acabados son sólo para el concepto y no necesariamente será fabricado así, pero la intención de la marca queda muy clara.
Aún no hay especificaciones técnicas de índole alguna. No sabemos todavía si el chasis será nuevo y específico para el Serie 8, sin embargo, lo más probable es que utilice la plataforma nueva OKL que estrenó la generación más reciente del Serie 7 (G11/12), y que de momento emplea únicamente éste modelo. OKL es la abreviatura de BMW para Oberklasse, lo que significa “clase de lujo” o “clase superior” en alemán. Tampoco hay información sobre la motorización del coupé venidero, pero en este aspecto creemos que usará propulsores que utilizan en el Serie 7 ó el novísimo M5, por ejemplo. Esto quiere decir que no veríamos (en teoría) nada por debajo de un V8 biturbo como motor “de entrada”, e incluso podrían dotarlo hasta de un V12.
En este sentido no resultaría descabellado suponer que el Serie 8 futuro será una combinación exquisita entre un diseño magistral –uno de los mejores que le hemos visto a la marca en años–, y un desempeño dinámico que pudiera estar al nivel de un M5, pero con la clase, refinamiento y tecnología de un Serie 7. Es decir, una especie de híbrido pero con lo mejor que la marca posee hoy en día. Desde luego la selección de materiales en la cabina tendrá que ser impecable, ya que la competencia de este gran turismo no es cualquier cosa. El Mercedes Clase S Coupé es un ejemplo claro de a dónde ir con el Serie 8, así como el Audi A9, que se espera sea lanzado casi al mismo tiempo que este BMW.
Lo que sí sabemos con certeza, es que el primer modelo que será lanzado de la Serie 8 nueva es el M8. Al momento de publicar esto ya rueda un modelo completamente camuflado, pero del cual se aprecia una figura idéntica a la del concepto, sólo que con frenos carbonocerámicos mayores, más elementos aerodinámicos, y una salida de escape cuádruple. Cuando vivió la primera generación de este modelo no existía una variante M de producción. El coupé más grande y potente de la marca a la fecha es el M6, cuyo V8 biturbo alcanza los 600 caballos si se añade el “Competition Package”, lo que nos da para suponer que el M8 pudiera rondar (o superar) los 700 caballos. Nos frotamos las manos.