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EL HUMO SE DISIPA

Le dicen ‘Smoke’ (Humo en español) porque echaba humo en sus inicios al correr en los óvalos de tierra del medio oeste estadounidense al clavar la rueda izquierda trasera en los surcos que se forman para aventar una cortina de tierra (humo) a sus perseguidores, aunque algunos de sus enemigos dicen que es porque tronaba muchos motores cuando se inició en la Indy Racing League, lo cual los números no sustentan. El caso es que el hombre llamado Tony Stewart se retira este año tras una carrera de 18 años en NASCAR y otros tres en los óvalos de la Indy Racing League (antecesora de IndyCar), y ocho más en los susodichos óvalos de tierra, generalmente no mayores a 402 metros (1/4 de milla).
Tony se inició en el kartismo, de ahí su habilidad para correr en pistas no sólo en óvalos, lo que lo ha hecho uno de los triunfadores grandes cada vez que NASCAR se aventura a correr en algo que no requiera sólo dar vuelta a la izquierda. Pero siendo nativo de Indiana, su mente se fue a los óvalos e inició en los de tierra siempre con la idea de un día correr la Indy 500. Para 1995 ya era el mejor piloto en óvalos y fue el primero en ganar la triple corona de la USAC (en las tres divisiones mayores: Midgets, Sprint Cars y Silver Crown). Eso le dio el pase a debutar en la Indy Racing League en 1996 y también supuso algunas oportunidades de correr autos stock en las series nacionales de NASCAR, combinando ambos programas con sus apariciones frecuentes en los óvalos de tierra, a los que ha permanecido fiel, e incluso es dueño de un par de series y algunas pistas famosas como la de Eldora, Ohio, a donde invita a sus compañeros de NASCAR en fechas importantes.
Tras ser novato del año en su primera campaña en la IRL, Tony se coronó en 1997 con consistencia y buena suerte de su lado, y quedó tercero en su defensa de la corona al año siguiente, pero el equipo de Joe Gibbs lo corría en NASCAR y le ofreció un asiento de tiempo completo para la serie premier en 1999 y Tony dejó los monoplazas para irse a los stocks de tiempo completo. Y respondió siendo el novato del año en la serie.
Para 2002 vendría el primero de sus títulos usando el Pontiac #20 anaranjado con patrocinio de Home Depot, aunque para 2003 ya estaba corriendo un Chevrolet pues el equipo cambió de marca. Y en 2005 obtuvo el segundo título, ahora con el formato nuevo de la Caza por la Copa, que calificaba a 12 pilotos para las 10 fechas finales y ganaba el que más puntos obtenía, en este caso el Chevy #20 de Tony.
Siempre fue controvertido. Aparte de los títulos hubo muchos enfrentamientos con otros pilotos en pista, con multas por conducta inapropiada como chocar en venganza por un golpe o aventarle el casco a otro piloto para romperle el parabrisas tras un choque que consideró intencional; a la vez, es un arduo defensor de la seguridad de sus compañeros en las series de óvalos de tierra, pugnando por cambios en los autos para evitar las lesiones fuertes en los choques; y qué decir de su fundación que apoya a los niños con problemas de salud y a los animales en peligro de extinción, mientras en la pista pega con furia con razón, y a veces sin ella, contra sus rivales y no fueron pocas las lesiones que sufrió en sus contactos; o su papel como crítico principal de Goodyear, cuando hubo una serie de incidentes de pinchaduras, exigiendo llantas de mejor calidad.
Cuando Gibbs se cambió a Toyota en 2008, Tony pidió ser excusado de cumplir su contrato hasta fines de 2009 pues quería correr con Chevrolet, su patrocinador en otras series, y llegó a un acuerdo con Gene Haas para volverse copropietario y piloto de su equipo que fue renombrado Stewart-Haas Racing y con el cual corre para Chevrolet a partir de 2009 usando el #14 en homenaje a AJ Foyt la leyenda de IndyCar, quien ya no tiene equipo en NASCAR. Así, en 2011 se convirtió en el primer piloto-dueño desde 1992 en ganar un titulo cuando obtuvo su tercero al quedar empatado en puntos con Carl Edwards y vencerlo en el desempate, por tener más victorias en el año, 5. Y de paso ganó la Copa con un tercer patrocinio global en la serie (2002 Winston, 2005 Nextel, 2011 Sprint).
Su equipo creció a tener los autos #4 en el que Kevin Harvick ganó el título en 2014, el #10 de Danica Patrick, y el #41 del campeón 2004, Kurt Busch, una alineación que lo coloca entre las escuadras grandes de NASCAR y que le ha permitido pensar en el retiro con confianza ahora que cumple 600 carreras en la serie principal de stocks y tiene 45 años de edad y una vida por delante.
Quizás lo más memorable de Tony es su pasión por el automovilismo, sea en pistas de tierra de 320 metros o en superóvalos de asfalto de más de 4 kilómetros, en carreras de 20 minutos o en las 24 Horas de Daytona, la cual se quedó dos veces a pocos minutos de ganar. Su corazón siempre ha estado en el automovilismo y su pasión por los motores exuda por todo su cuerpo, por algo es un favorito de la afición que lo ve entregarse a fondo en cada pista, en cada vuelta, en cada rebase y hasta en cada laminazo. No hay controles de tracción, ni paletas al volante, ni cajas semiautomáticas, pero si hay mucha habilidad, ganas y corazón para competir, sin excusas, sin pretextos, siempre listo para echar humo y correr como campeón, al menos hasta el final de 2016.