Mads Ostberg obtiene su primer triunfo WRC cuando el ganador en la ruta, Mikko Hirvonen, es excluido.

Cuando parecía que un error del octacampeón mundial Sebastien Loeb, finalmente lo relegaría en el campeonato, sus principales rivales desaprovecharon la oportunidad y la descalificación de su coequipero en el Rally Portugal terminó dando un resultado sorprendente que si hubiera sido guión de película lo hubieran rechazado como “no creíble”.

Día 1

Jari Matti Latvala ganó la calificación y eligió salir atrás, donde las terracerías deberían estar barridas por sus rivales, aunque preocupado por el polvo flotante de las noches lusitanas. Tuvo los mejores tiempos en las primeras dos etapas, pero en la tercera Loeb oyó mal una lectura, dobló a la derecha en vez de a la izquierda y volcó el Citroën en una cresta de colina dañando la jaula, con lo que estaba eliminado. Antes de que sus rivales pudieran sonreír, se vino la lluvia en la etapa final del día y la ventaja de los Ford –Latvala delante de Petter Solberg– frente a Hirvonen se redujo y la batalla prometía.

Día 2

Las instrucciones para los pilotos de Ford eran “manejen lento”, pues había oportunidad de quitar a Loeb de la punta del campeonato, y Mikko no parecía un obstáculo. Pero la suerte no estaba con ellos y Latvala le pegó a una roca y se fue a un barranco. El auto no pudo seguir y ahora Solberg lideraba, con cautela. Pese a todo, en la etapa de Alcarias Petter se fue ancho en una curva y cayó a una zanja. Intentó sacar el Fiesta y quemó el embrague con lo que abandonó, dejando en punta al Citroën de Hirvonen, quien había perdido tiempo en cada etapa y sin embargo lideraba.

Pero el destino ayudó un poco cuando se canceló la ronda de etapas vespertinas y los Fiesta oficiales arrancarían el sábado con 10 y 15 minutos de penalización, lo cual les daba oportunidad de regresar a los puntos. Mikko tenía más de medio minuto sobre el ruso Evgeny Novikov y el noruego Mads Ostberg y sabía que la victoria era suya, si lo tomaba con calma.

Día 3

La batalla del día fue entre el ruso y el noruego por el segundo sitio, mientras Hirvonen se alejaba pausado hasta acabar con más de un minuto de ventaja sobre Ostberg, quien dejó atrás a Novikov por una falla del encendido en el Fiesta del ruso.

Aparte, la remontada de Solberg fue brutal: arrancó 13° y estaba cuarto en la etapa final del día cuando perdió la dirección asistida y manejó 23 kilómetros a biceps puro y terminó quinto, pero a tiro de Nasser Al-Attiyah con una jornada de 112 kilómetros por cubrir. Algo ayudaron las fallas de algunos que le precedían, pero el campeón noruego sólo dejó un mejor tiempo a Dani Sordo, quien se recuperaba en su Mini de un accidente en la primera jornada.

Día 4

Fue el turno de Ostberg de sufrir la falla del encendido que había afectado a otros Fiesta y mientras Solberg tomaba el cuarto sitio, Mikko manejaba lento rumbo al triunfo. Novikov se acercó al segundo lugar, pero se le rompió el cable del acelerador y apenas se mantuvo. Solberg quería los puntos de la etapa de poder, pero cayó un diluvio y el ganador fue el Mini de Sordo, con lo que la ventaja de Citroën en el campeonato se ampliaba… hasta que los comisaros reviraron el DS3 WRC de Mikko y encontraron problemas en el embrague y en el turbo y lo descalificaron, 10 horas después de terminado el rally.

Así, Mads Ostberg se convirtió en el segundo noruego en ganar en el WRC (Solberg es el otro) y el septuagésimo primero (71) piloto en la historia. Novikov recobró el segundo y Petter fue tercero, apretando un poco la batalla del título. Malcolm Wilson, director de M-Sport diría: “No lo creo. El triunfo estaba servido en un plato para nosotros. Todo lo que teníamos que hacer era tomarla…”. Y Loeb sigue al frente con todo y abandono.