Ferrari no dejó de estar en el ojo del huracán de sus rivales en el Gran Premio estadounidense, ya que sus rivales han sospechado de estar obteniendo ventajas ilegales.
Como su ventaja en rectas ha sido evidente desde el regreso de las vacaciones de verano, la controversia surgió antes del Gran Premio mexicano, cuando Red Bull solicitó a la FIA una investigación sobre los sistemas de sensores de flujo de combustible y las alternativas para jugar con las reglas para obtener un aumento de potencia.
La Federación respondió que tres escenarios que había descrito no serían legales, lo que significaba que todos los equipos fueron notificados en forma de una directiva técnica.
Rumores antes de la competencia en el AHR indicaron que, en caso de obtener un resultado fuerte, algún equipo formalizaría una investigación contra Ferrari, lo cual no pasó. Menos en Estados Unidos, donde tuvo un fin de semana decepcionante, con Charles Leclerc terminando en cuarto lugar, lo que llevó a especular que podría haber actuado ante la norma y ajustar la forma en que funciona su motor.
Max Verstappen sugirió que su rendimiento limitado en calificación fue resultado de una directiva técnica de la FIA, mientras a Lewis Hamilton y Toto Wolff también les pareció curioso que no fueran tan fuertes en el Circuito de las Américas. Leclerc respondió a las acusaciones del holandés, las cuales calificó de «broma».
«No tiene idea. No está en el equipo. Sabemos exactamente lo que estamos haciendo. No sé por qué está hablando. No sabe nada de nosotros», expresó.
Binotto dejó en claro que lo que la FIA publicó no hizo absolutamente ninguna diferencia para su equipo, y que el equipo realmente había pasado poco tiempo evaluando los detalles de la directiva técnica.
«Si miro la carrera, ciertamente la velocidad en la recta no fue nuestro problema, mientras que tuvimos problemas claros con el agarre del auto en la primera etapa con ambos pilotos», comentó.
«Es el tipo de comentarios que están completamente equivocados en el deporte. No es bueno para el deporte y creo que todos deberían ser un poco más cautelosos».
El flujo de combustible en los autos de F1 es monitoreado por un sensor de la FIA y las reglas prohíben que cualquier dispositivo, sistema o procedimiento se diseñe para aumentar la tasa de flujo o para almacenar y reciclar combustible después del punto de medición, o que tenga el efecto de hacerlo.