Tras una espera de 10 años, Sergio Pérez está en un equipo de primera línea y las expectativas en México son muy altas respecto a los resultados para su campaña 2021, lo cual puede conducir a muchas desilusiones si no se analiza objetivamente su posición, dicen NUESTROS EDITORES
PODEMOS LLEGAR A UN ACUERDO
En septiembre del año pasado a Sergio le compraron su contrato y Racing Point firmó al tetracampeón Sebastian Vettel para encabezar al equipo en su nueva presentación como Aston Martin. Sergio quedó al garete y optó por aguantar a que Red Bull Racing (RBR) decidiera sus asientos para 2021, aunque algunos equipos se interesaron en su persona. Sergio, en plenitud, dijo que prefería un año sabático a firmar con un equipo de media tabla, pues sentía que era su última oportunidad de brillar. Sus cuatro carreras finales logrando dos podios le dieron el asiento, que fue anunciado días después de terminada la campaña; reemplazó a Alex Albon, quien se quedó como piloto probador.
LA ENCRUCIJADA
Se consideraba que la contratación de Sergio era poco probable pues el tapatío es de las excepciones raras en la escuadra austriaca al ser un piloto que no salió de las filas juveniles de Red Bull, lo cual determinó que su contrato sea por un año. Eso vuelve a 2021 un año definitivo para Sergio pues se abren asientos en Mercedes y el propio en RBR.
LA SITUACIÓN DE RBR AL FINAL DE 2020
Red Bull Racing tiene como piloto principal a Max Verstappen, el holandés que se coronó en 2020 en las GntF por 41-10 sobre Albon, sin perder una sola de las 17 sesiones de calificación además de ser tercero general con un par de triunfos en la campaña. Max llegó a la F1 de la escalera juvenil de RBR en 2015, siendo el piloto más joven en la historia de la categoría. Tras un año en la Scuderia Toro Rosso (ahora AlphaTauri) batiendo a su coequipero Carlos Sainz II, en 2016 fue subido a la escuadra mayor, Red Bull, enrocado con Daniil Kvyat en la quinta fecha, el GP de España, y tuvo la suerte de que chocaran los Mercedes y él logró la victoria en su debut con los de Milton Keynes.
Max perdió en 2016 y 2017 contra su coequipero Daniel Ricciardo, pero cuando el australiano no pudo pelear el título contra la aplanadora de Mercedes, y sabiendo que Max tenía todavía una curva mayor de aprendizaje que el antípoda, RBR apostó todo al holandés. La ventaja en puntos que tenía Daniel al llegar al receso de verano se evaporó en la segunda mitad de la campaña y pronto se supo que Ricciardo se iba a Renault en 2019.
Max ganó la batalla quedando cuarto general, contra el sexto de su coequipero y en 2019 y 2020 su dominio fue absoluto contra los novatos, Pierre Gasly y Alex Albon, a la vez que asentaba su dominio en el equipo, como hizo antes en Faenza con STR; y los diseños del RB14 y RB15 se adecuan a su estilo de manejo, que es el de todos los pilotos rápidos, con un tren trasero firme que permite curvear con rapidez, aunque el propio Max ha dicho: “Ajusto el estilo de manejo mucho durante la carrera dependiendo de si la pista está resbalosa o seca y del comportamiento del auto, sea sub o sobrevirante”. Su estilo es agresivo, de no dejarse rebasar en caso alguno, pero eso es lo que atrae a muchos aficionados, un tipo que no se rinde aunque no tenga el mejor auto en pista.
El caso es que Max es el piloto número uno de RBR por derecho propio y sus 10 triunfos han sido la tercera cantidad mayor entre 2015 y 2020, sólo superado por los 62 triunfos de Lewis Hamilton y los 14 de Nico Rosberg y Sebastian Vettel, con autos mejores, especialmente con respecto a los motores que han sido señalados como su Talón de Aquiles.
Y no tener un segundo piloto que diera apoyo a Max impedía, a la vez, que RBR pudiera pelear el título de Constructores y estaba condenado a quedar en segundo o tercero, según se desempeñaran sus contrincantes entre los Tres Grandes. Con este panorama se tomó la elección del segundo piloto para 2021, o sea, el coequipero de Max Verstappen.
Lee el artículo completo en tu FASTmag de marzo, descárgala gratis aquí
