Roland Ratzenberger (FOTO: Archivo)

Olvidado en el tumulto de la muerte del gran Ayrton Senna, el volante austriaco perdió la vida un día antes en el mismo escenario de Imola, cortando una carrera que pintaba para más, como recuerda nuestro editor…

Roland Ratzenberger, Salzburgo 1960, se inició en las carreras en Hockenheim yendo a pedir trabajo al equipo para el cual manejaba precisamente el mexicano Alfonso Toledano, quien posteriormente lo apoyaría para que corriera Fórmula Ford alemana.

Ratzenberger conseguiría los títulos de Austria y Europa Central en FF antes de pasar a Gran Bretaña donde siguió corriendo hasta 1989 cuando en la F3000 local fue tercero; a la vez, alternaba con carreras en prototipos en Le Mans y turismos en el WTCC y el BTCC.

Finalmente decidió irse a 
Japón a correr prototipos en 1990 y en dos años ya estaba en la Fórmula Nippon (3000) en la cual hizo dos campañas antes de conseguir un contrato para las cinco primeras carreras de la temporada de F1 con el equipo Simtek que debutaba en 1994.

No calificó en Brasil, pero en
el GP del Pacífico en Aida,
 Japón, usó su experiencia 
local para quedar undécimo
–y último– muy por encima de
lo que el auto podía dar, pues aunque llegó a cinco giros del ganador (Schumacher), peleó con los Ligier de Olivier Panis y Eric Bernard, que habían sido dos segundos más rápidos en calificación.

Para Imola, tercera carrera del año, el
 sábado Roland se despistó en la sesión 
final en la chicana de Acqua Minerali y le
 dio duro al alerón delantero en el bordo, pero al no ver daños aparentes siguió rodando fuerte para conseguir un sitio en la parrilla.

Unos 3.5 kilómetros adelante, habiendo declinado entrar a los fosos, al llegar a la curva Villeneuve a más de 300 kph su alerón se venció –producto del despiste– y Roland se fue de frente contra la barrera sin control.

El impacto fue brutal, el auto rebotó con la cabina intacta, pero el austriaco había muerto instantáneamente con la base del cráneo rota. Lo peor fue que su tiempo de una sesión anterior lo hubiera calificado en el sitio 26 y no necesitaba arriesgar en la vuelta en que murió.

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Su deceso –primero desde 1986 en la F1– motivó a sus colegas a volver a formar la Asociación de Pilotos 
de Gran Premio (GPDA) que los representa oficialmente en cuestiones de seguridad, un paso importante en la conciencia de los volantes; a 
la vez, motivó la creación del aparato HANS que protege el cuello en caso de una desaceleración brutal, mismo que sería adaptado universalmente por la FIA en 2003.

Roland Ratzenberger corrió un Gran Premio solamente, pero no se olvida su paso por la Fórmula Uno.