Ford ha retocado el Focus en un intento por reclamar el liderazgo en su clase al Golf. MARK TISSHAW nos dice si lo logra

Muy parejo” es una frase que conservaré en la primera oración de esta prueba de comparación en lugar del veredicto al final. Separar a estos dos –el campeón 5 puertas reinante, el Golf Mk7 y el recién retocado Ford Focus Mk3– será truculento, pues tal es su respectiva excelencia. Pero aquí vamos.

Cuando tuvimos la oportunidad de manejar una versión del Golf de generación más reciente hace dos años y lo pusimos contra sus rivales, el VW los desplazó a todos, incluido el Focus –por poco- y se fue directo a la cima del segmento. Ahora tuvimos oportunidad de dar una corrida inicial en el Focus y queremos descubrir si los cambios profundos al Ford le permiten usurpar el lugar del Golf como líder de la clase. No se necesita más. Aunque hay fortaleza real y profundidad en el segmento, con autos como el Audi A3, el Mazda 3 y la versión revisada del Volvo V40, por nombrar sólo tres, ninguno le daría problemas a los dos que tenemos aquí.

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Pero, ¿qué hay de nuevo en el Focus? Ya habrán notado las diferencias visuales obvias, principalmente su nueva piel exterior. La “parrilla Aston Martin para la gente” encuentra lugar en el Focus como parte de su nueva trompa, y hay cambios externos por todos lados. Pero visualmente, los cambios más significativos están adentro, donde los interruptores están marcadamente limpios. Su interior recargado siempre fue un punto débil del Focus, y ya veremos si esta racionalización de los controles, en conjunto con un salto cualitativo, funciona en la práctica.

Los cambios en el chasis también se notan en el Focus. Hay una mejora en el sistema de suspensión que reduce la flexión del chasis y en consecuencia permite a la dirección reducir la cantidad de esfuerzo necesario para moverla sin afectar su precisión. Todo suena bien en la teoría, mientras que los cambios realmente mantengan e incluso mejoren la posición del Focus como la elección de auto para el conductor en la clase.

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Bajo el cofre, habita el usual conjunto de diéseles amigables para flotillas, ahora reducidos de 1.6 a 1.5 litros en varias potencias, además de la versión 2.0 litros tope del rango. Sin embargo, son las versiones de gasolina las que siguen intrigando a la mayoría de los compradores privados, y hay un nuevo EcoBoost de 1.5 litros en lugar del 1.6 previo, además del favorito de la firma, el EcoBoost 1.0 de tres cilindros en varios sabores, incluyendo la versión de 123 caballos con que cuenta el auto que probamos. Este es la versión de lujo extremadamente bien equipada Titanium X con muchas opciones que lo hacen más costoso aún.

Este Golf es un modelo Match de rango medio propulsado por un motor 1.4 TSI de gasolina y 120 caballos. No necesita mucho equipamiento, pues el auto de prueba ya viene con una pantalla táctil de infotenimiento y control de crucero adaptable.

Este Golf pierde por tres caballos de potencia ante el Focus, pero tienen un torque pico idéntico de 148 lb/pie (conseguida por el Ford en sobrecarga). Sin embargo, el Focus, en el papel, tiene una ventaja en economía. Su cifra combinada de 25.6 kpl eclipsa los 22.7 del Golf, y sus emisiones de CO2 de 109 g/km también superan con comodidad a los 123 del Golf.

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Me subo primero al Golf para refamiliarizarme con el parámetro de la clase. Para deshacerme primero de lo subjetivo, creo que sigue teniendo la apariencia con más clase en su sector. Mientras más autos Golf Mk7 veo en la calle, más me gusta. No veo que sus líneas envejezcan pronto. El Focus, cuyo Mk3 tenía un diseño bastante pasajero y pronto quedó obsoleto, hoy está muy mejorado pero sigue careciendo de esa calidad atemporal.

El Golf es un auto en el cual te puedes relajar rápido. Como el exterior, el interior transpira una clase y sofisticación que no pasan de moda y está construido de materiales que se perciben de alta calidad. Los controles están desplegados de forma clara y bien balanceada, con una posición cómoda de manejo y buena visibilidad.

El tiempo no ha lastimado al atractivo visual del Golf ni dentro ni fuera, y dado que apenas tiene dos años, no es sorpresa que siga siendo un auto muy bueno para manejar. Simplemente se desliza en todos lados en una forma tersa y tranquila; la calidad del paseo queda imperturbable ante lo peor que una carretera de dos carriles pueda ofrecer a comienzos del invierno y vira con un buen nivel de retroalimentación y precisión, aunque sea un poco ligero.

El control de la carrocería también es excelente. Éste desestima enfáticamente cualquier miedo que los Golf de baja potencia sientan en cuanto a su manejo porque “solo” tienen una barra de torsión trasera y no una puesta a punto multienlace. No es lo que usas, sino como lo usas, y el Golf está ajustado para ser excelente en comodidad, refinamiento, estabilidad y confiabilidad. Eso podría leerse como “poco emocionante” para algunos, pero el Golf es capaz de perder su cara recta y sensible por un momento. El control fino de la carrocería también da al Golf una sensación de gracia y agilidad, gracias en parte a su peso muerto relativamente bajo de 1,225 kg. No es un GTI, pero se adhiere bien y las urgencias pueden ser satisfechas.

El motor 1.4 TSI ayuda para ese propósito. El estereotipo viejo que se siente más rápido que lo que su tiempo oficial de 9.3s de 0 a 100 kph sugiere que puede ser corrido. Está lejos de un ritmo exprés, pero tiene una buena distribución de torque cuando necesitas empuje adicional y es terso y calmado en su modo estándar de corrida. Tal como en el resto del auto, entonces.

La vara alta que el Golf puso hace dos años no ha bajado ni lo hará, por lo que en otras palabras, ¿puede este Focus sobrepasarla? Aunque tengo algunas reservas sobre qué tan bien envejecerá, no hay duda que su aspecto nuevo lo acerca más al Golf en cuanto a sofisticación visual, quizás sobreponiéndose parcialmente a ese esnobismo subconsciente de marca.

El nuevo interior es una gran mejora. El diseño de los controles es mucho más simple, los botones son fáciles de encontrar y algunas funciones se han mandado a la pantalla táctil que opera el nuevo sistema Sync de infotenimiento de Ford. La calidad percibida está también muy mejorada, con más materiales suaves al tacto y un trabajo bien logrado en todo lo que reluce. Sin embargo, el VW sigue teniendo la ventaja. Aunque el interior del Focus está mejorado, está claro que el Ford ha intentado corregir algo que estaba mal en su fundamento, más que hacerlo bien desde el principio. Y la calidad percibida del Golf sigue estando un nivel arriba.

En movimiento, sin embargo, el Focus arrebata mucho del margen perdido ante el Golf en cuanto a apariencia. Mucho del placer en el manejo inicial del Ford proviene del sonido de ese motor tres cilindros, que emana entusiasmo y te motiva a trabajarlo duro. Mayormente, hacerlo es opcional y una delicia, pero hay momentos en que tienes que darle duro porque, a diferencia del Fiesta, este motor puede sentirse como si fuera el turbo grande jalando un auto más grande y pesado, ocasionalmente. Esto también explica parcialmente porque la economía del Ford quedó en los 20 kpl bajos durante esta prueba, comparada con los 22 del Golf, cuyo motor de cuatro cilindros nunca tiene que trabajar tan duro como el del Focus.

El mayor atractivo y entusiasmo del Ford se extiende a la forma en que se maneja y se comporta. Vira con un toque más de sensibilidad y precisión y es más divertido que el Golf. Su paseo es más firme que el del Golf pero no menos cómodo por ello, y el beneficio es ligeramente superior en control de carrocería. Tiene una entrega más entusiasta, auxiliado parcialmente por ese motor ligero de tres cilindros sobre las ruedas traccionadas, y es lo suficientemente ágil y responsivo para hacer ajustes a media curva.

Sin embargo, la realidad es que cada punto que uno de estos autos gana sobre el otro es marginal, y mucho quedará para dirimirse en la preferencia personal. Esto quiere decir que es hora de sacar la cinta de medición y medir el ancho de un papel de cigarro que los separa.

El Golf y su cúmulo superior de habilidades se lleva la ventaja. Pero el Focus está más cerca que nunca de él y en ciertas circunstancias, particularmente cuando quieres tomar el camino largo a casa, es mejor en su manejo. El Golf está lo suficientemente cerca de su rival en las áreas en las que el Focus es excelente y un poco más por encima en otras, como lo son el refinamiento y la calidad del interior. Cualquiera de ellos que compres, sin embargo, no te decepcionará.

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