Prueba de manejo: Honda Civic Coupé

Sin ser un coche del otro mundo, el Civic Coupé se posiciona tanto en la marca como en el mercado, como una alternativa única, que busca atraer a un mercado joven y con preferencia por autos deportivos. Y es que pensándolo bien, no hay otro compacto de dos puertas y tres volúmenes (coupé en toda la extensión de la palabra) que sea tan práctico y asequible como el pequeño Honda. Los coupés quieren ser cool, no son coches “aseñorados”. Es el caso de este modelo, cuyo exterior llama la atención –especialmente si se elige el color verde que se encuentra disponible en la gama-, que llega a ser retratado por las cámaras de celulares de chavos mientras se conduce por la ciudad. Cuenta con alerón trasero y faros LED, así como un trazado general que francamente desentonaría sin el conductor es mayor de 30 años.

Como pasa con casi cualquier modelo de dos puertas, el interior puede resultar claustrofóbico para los que se sienten en la parte trasera, aunque Honda encontró un buen balance en los espacios y la sensación es mucho menos evidente que en otros coupés. Los asientos son cómodos y con acabados en tela que no dejan nada que desear, tanto en acabados como en su relación comodidad/sujeción. La consola central incluye una gran pantalla táctil, que resulta fácil de utilizar y permite una excelente conectividad con dispositivos móviles. Hay que resaltar la insonorización en la cabina, que hace que la velocidad sea casi imperceptible para los tripulantes. La suspensión es lo suficientemente suave para que sea un auto viable para ciudades llenas de baches y topes, pero no tanto como para que afecte al auto a la hora de atacar curvas a alta velocidad, porque, al final del día, el Civic Coupé es atractivo por su deportividad, no su comodidad, y el modelo cumple con creces.

El motor 1.5 litros de cuatro cilindros en línea cuenta con un turbo de inyección directa y genera 174 caballos a 6,000 rpm, así como un torque de 162 lb/pie a 5,500 rpm. El turbo no es violento, algo que puede atribuirse a la caja de velocidades CVT de Honda, que no es tan mala como pudiera pensarse. Lógicamente como ocurre con todo auto que tiene el motor y la tracción al frente, la tendencia natural apunta al subviraje si se exploran sus límites de adherencia, pero gracias a la nobleza del bastidor y a las ayudas electrónicas, basta con aflojar el pedal para que el auto retome la trayectoria; de verdad se le puede sacar provecho y un tramo de montaña puede convertirse en algo muy divertido. Seguramente en el venidero Civic “Si” las cosas serán mucho más contundentes en todo sentido.

Lo que Honda consiguió con el Civic Coupé es un auto deportivo juvenil muy bien balanceado; cuenta con todos los beneficios de la marca japonesa, reconocida por su confiabilidad y calidad ingenieril, pero incorpora una parte juguetona muy necesaria para incursionar en un mercado que busca emociones más fuertes tras el volante. Y cerramos con lo que comenzamos diciendo, por los $374,900 pesos que cuesta este modelo en versión única (muy bien equipado), no hay otro coupé que se le acerque. Si Honda lo sabe aprovechar, le representará un gran éxito comercial.      – Gabriel Gallardo E.