Prueba de manejo: Honda Accord Sport

Históricamente, el Accord ha sido uno de los sedanes medianos más populares del mercado. Esto lo ha conseguido gracias a una serie de atributos que lo dejan muy bien parado frente a sus rivales, como una confiabilidad mecánica sólida, una sensación de calidad notable, un manejo preciso y hasta divertido, muy al gusto de los conductores europeos; y un servicio postventa intachable del que todavía adolecen muchas marcas. De hecho, vale la pena recordar que fue Honda quien revolucionó el servicio en México, que desde siempre había sido de mala calidad, tardado y muy costoso. Honda “puso el desorden” con detalles como el servicio exprés (en una hora o menos), con cafecito de cortesía incluido, servicio de valet para recolectar y entregar autos a domicilio, y costos de refacciones y mano de obra por debajo de la media. A muchas armadoras no les quedó de otra que emular la estrategia de la marca japonesa.

Esa filosofía sigue vigente en este Accord, que en 2016 cumple 40 años de vida. En 2013 llegó la novena generación y hace poco experimentó una puesta al día de esas que llegan a la mitad del ciclo de vida. En su carrocería larga (de casi 5 metros de largo) y de formas poco atrevidas, destacan fascias, faros, calaveras, parrilla y rines con rediseño, y se agrega a la gama esta variante Sport, que añade rines de 19”, un pequeño alerón trasero, y color exterior rojo “San Marino” exclusivo de esta versión. Por lo demás es el mismo Accord que en México vende unas 5 mil unidades anuales, mientras que en EUA supera las impresionantes 350 mil.

El Accord nuevo no estrena plataforma, pero si ha recibido cambios importantes en la suspensión. Por ejemplo, después de varias generaciones se abandona el sistema de triángulos dobles, en favor de un esquema MacPherson que recientemente estrenó el Acura TLX. El conjunto anterior sigue siendo muy costoso y refinado para el segmento, por lo que ahora la marca lo reserva para el Acura RLX. Por su parte, el motor de 2.4 litros e inyección directa se beneficia de algunos retoques que elevan su potencia de 185 a 189 caballos, que trabajan en combinación con una transmisión CVT que incluye manetas para «jugar» con 7 escalonamientos a manera de velocidades simuladas, lo que mejora la sensación de aceleración.

Si bien no es un deportivo –aunque el color, los rines y otros elementos digan lo contrario-, el Accord Sport se presenta como un auto familiar de muy buenos modos. Rueda muy seguro, bien plantado aunque superemos ampliamente los límites legales de velocidad. Es un coche que se nota muy a gusto a medias de 140 kph o más. Y a pesar del tamaño de las llantas y de que la suspensión ha sido endurecida para limitar cabeceos e inclinaciones excesivas de la carrocería, la marcha es buena y nunca llega a ser incómoda. Es para destacar que en carreteras de montaña gira plano, y no se aparece el subviraje a menos que estemos explorando los límites del coche. Es muy noble y transmite seguridad.

El interior es muy amplio, con espacio y comodidad de sobra para 5 pasajeros adultos, rodeados de un equipamiento completo, aunque no extraordinario. Las vestiduras son de tela, no hay quemacocos, y el equipo de audio es convencional. Lo que hay es climatizador automático, sensor de luces, pantalla multifunción (para controlar audio, computadora de viaje y revisar cámara de reversa), manos libres, volante en piel, y poco más. Como decíamos es un coche enfocado al manejo, no tanto al lujo, y en ese sentido cumple sin problema. Porque a todo eso se suma la imagen de marca, la calidad y el respaldo que mencionábamos al principio, elementos indispensables en un mercado tan cambiante como el nuestro, con una oferta tan grande y con competidores que llegan casi todos los días.

-Víctor Ortiz