FOTO: Joe Skibinski/IMS, LLC Photo

Marcus Ericsson tuvo este martes su primer acercamiento a un auto de la serie IndyCar, completando más de 100 vueltas en el circuito de Sebring, en Florida.

El sueco, quien será tercer piloto en la escudería Sauber de Fórmula 1 en 2019, completó un programa de trabajo importante con el equipo Schmidt Peterson, familiarizándose rápidamente con el monoplaza Dallara y aprendiendo la dinámica de trabajo.

«Todo fue de acuerdo al plan, me acostumbré al auto y entré en ritmo un poco más rápido de lo que esperaba, para ser honesto. Así que tengo que darle crédito al equipo; ellos me ayudaron a prepararme con toda la información previa al evento, después de un par de turnos, estaba listo para comenzar a apretar, comenzar a dar retroalimentación y probar cosas diferentes en la puesta a punto».

 

Ericsson, quien será coequipero del canadiense James Hinchcliffe, halló interesantes las diferencias principales entre un coche de la Categoría Máxima y uno de la IndyCar, como la ausencia de dirección asistida, la menor cantidad de caballos de fuerza de los motores y el desempeño de los neumáticos.

Sin embargo, afirmó que la experiencia le recordó su etapa en la Fórmula BMW de Reino Unido y la F3 Británica, en la que el manejo y la concentración para encontrar el balance adecuado es vital para hacer diferencia, más en una pista como Sebring, caracterizada por los brincos de su superficie.

«Es divertido; en F1, toda pista se vuelve más y más similar una entre otra – lavaderos estándar, salidas de escape y todas esas cosas; todo es muy suave», describió. «Pero Sebring tiene tanto carácter que cada lavadero en la entrada y salida de las curvas es diferente una de otra. Hay más variación en esta pista corta que en muchas pistas en F1».

Ericsson se mudará a Indianápolis en enero para continuar con su programa de pruebas rumbo al inicio de temporada, que será el 10 de marzo en St. Petersburg.