¿Indy o Mónaco? Para el aficionado, elegir entre ellas es como decidir a cual hijo quiere más; así de grandes son ambas.

Indy 500: El espectáculo más grande sobre la Tierra

Las 500 Millas de Indianápolis es el nombre oficial de la mejor llamada Indy 500, aunque su apelativo desde poco después de la I Guerra Mundial siempre fue el de el “espectáculo más grande sobre la faz de la Tierra”, copiando un poco a los anuncios de los grandes circos de tres pistas del siglo pasado. Pero aquí la pista es inmensa, un óvalo de 4 kilómetros (2.5 millas o 4,023 metros), tan grande que tiene un campo de golf interior y en la cual hay diversos circuitos que albergaron en cierto tiempo la F1 y ahora MotoGP:

Originalmente el óvalo –que está en el pequeño suburbio de Speedway– se construyó en 1909 y era de tierra y chapopote, pero hubo muchos accidentes y en 1910 se recubrió con 3.2 millones de ladrillos, aunque las primeras 500 Millas se programaron en 1911 para el fin de semana largo de Memorial Day (Día de los Caídos en las Guerras), el último de mayo y se corrió el lunes que era el feriado. La distancia se eligió porque se pensaba que era una prueba de resistencia de los autos que circulaban en las incipientemente pavimentadas calles a inicios del siglo XX y como se calculaba que se podía completar en menos de seis horas la hora de arrancada se pactó a mediodía, a fin de que la gente pudiera regresar a cenar a sus casas.

El premio al ganador fue de 25,000 dólares y se lo llevó Roy Harroun en un Mormon que tenía un invento suyo, el espejo retrovisor con el cual podía ver a sus perseguidores. Por ello no necesitaba el mecánico que acompañaba a los demás pilotos –los autos eran biplazas casi de calle– que fueron una de las tradiciones hasta la II GM.

La Indy 500 fue un éxito comercial y los fabricantes europeos mandaron sus equipos, que ganaron de 1912 a 1919 aunque al final de la I Guerra Mundial los estadounidenses recuperaron el control, que volverían a perder al final del siglo. Pero la época entre las guerras fue de gran creatividad técnica que catapultó a Estados Unidos al tope de la industria automotriz y estableció la carrera como el parámetro a seguir en materia de seguridad –por ejemplo la barda perimetral y los cinturones de seguridad que se usaron mucho antes que en las carreras europeas– promoción, mercadotecnia y difusión.

Los autos de competencia generalmente eran conocidos por el nombre de sus patrocinadores –el Atlas van Lines Special, por ejemplo, patrocinado por al compañía de mudanzas de ese nombre– y pintados con sus colores cuando en Europa todavía se prohibía a los pilotos que cobraban participar en las carreras, pues se suponía que era un deporte de amateurs y caballeros, no de profesionales. Su importancia era tal que cuando la Federación Internacional del Automóvil creó el campeonato mundial de F1 en 1950, incluyó la Indy 500 entre las fechas puntuables, aunque rara vez compitieron los pilotos europeos en la prueba, o los estadounidenses en las otras fechas de F1, durante los 11 años que duró en el calendario antes de ser desplazada por el GP de Estados Unidos.

Para hacer honor a su apodo, la Indy 500 es un evento que dura todo el mes de mayo, pues hay un programa de orientación y pruebas para los novatos, que son todos aquellos que nunca la hayan corrido aunque sean campeones mundiales de F1 y son tratados igual que debutantes provenientes de los óvalos de tierra del medio Oeste estadounidense.

Aunque algunas cosas han cambiado a través de los años, las prácticas son las dos primeras semanas y hay una calificación que se hace el segundo fin de semana y determina la Posición de Privilegio, mientras que el siguiente fin de semana terminan de calificar los 33 autos y el tercer domingo del mes se dedica a que los no calificados desplacen a los de los tiempos más lentos, el llamado ‘Día de la Burbuja’, que determina la composición final de la parrilla.

La carrera era el lunes del fin de semana final del mes, aunque desde que empezó a transmitirse por televisión, la presión logró cambiarla a los domingos –y ahí choca ahora con el GP de Mónaco– y el jueves anterior era el famoso ‘Día de Carburación’, que finalmente fue eliminado pues los carburadores dejaron de existir en los motores de sus autos desde hace 30 años.

La carrera es a 200 vueltas del óvalo, pero con completar la mitad ya es legal, pues se ha dado el caso de que la lluvia la aplace, o la suspenda si ya se ha corrido más de la mitad de la prueba.

Durante los primeros 70 años del siglo XX las mujeres no participaron activamente y tenían prohibida la entrada a la zona del llamado ‘Callejón de la Gasolina’ donde estaban los talleres de los equipos y cuyos baños carecían de puertas, las cuales fueron puestas en 1971 cuando se aceptaron las primeras reporteras de prensa en la zona. Para 1976 Janet Guthrie fue la primera mujer que intentó calificar y lo logró al año siguiente.

Desde entonces otras siete lo han logrado, siendo la más importante Danica Patrick, única que ha liderado la carrera y quien acabara tercera en 2009, la mejor clasificación femenina en la historia.

Indy también fue el paraíso y último reducto de los llamados roadsters los monoplazas de motor delantero que desaparecieron de la F1 en 1961 y que en 1964 obtuvieron su victoria final en el óvalo del Indianapolis Motor Speedway, su nombre formal.

El bicampeón de F1 Jack Brabham había llevado un Cooper de motor trasero en 1961 y para 1965 Jim Clark ganó la carrera en un Lotus 38 de esa configuración, siendo seguido en 1966 por Graham Hill, otro que sería bicampeón de F1, aunque solamente Mario Andretti y Jacques Villeneuve podrían ganar el mundial de F1 después de su victoria en la Indy 500 y nadie lo haría en sentido opuesto, aunque Juan Pablo Montoya también ganó la Indy 500 y grandes premios.

Sin los roadsters y con autos y pilotos extranjeros invadiendo la categoría, pronto empezaron a declinar los constructores estadounidenses y sus mejores pilotos ovaleros emigraron a NASCAR y no sería hasta la formación de la Indy Racing League en 1995 que volvió a tener preponderancia de pilotos estadounidenses, aunque no de chasises.

Con la Indy 500 como eje central, la IRL fue batiendo poco a poco en la guerra de los ratings televisivos a la CART y a su sucesora Champ Car –la Indy 500 tenía mayor rating que todas las otras 15 carreras juntas– y finalmente los forzó a fusionarse con sus reglas en una serie llamada IndyCar, que es la que rige a los monoplazas estadounidenses desde 2008.

En el último fin de semana de mayo pasan por las puertas del gran óvalo más de 400,000 personas, y aproximadamente un cuarto de millón lo hacen el día de la carrera. Ahora ya hay otras carreras en el año, pero durante la mayor parte del siglo pasado el IMS se conformaba con tener la Indy 500, que daba para mantenerlo operando todo el año y pagar enormes bolsas, que hoy en día superan los tres millones de dólares para el ganador.

Además hay firmas que ofrecen premios especiales a los líderes en determinadas vueltas, algo propio del comercialismo de la tierra en la que se ha asentado. Es una carrera, es un evento y es un espectáculo: es Indy.

Memorables

  • El óvalo de la Indy 500 estaba hecho de ladrillos, por eso se le conoce afectuosamente como el ‘patio de ladrillos’.
  • La Indy 500 se corrió por primera vez en 1911 y lleva 95 ediciones pues se interrumpió en 1917-18 (I GM) y 1942-45 (II GM).
  • La parrilla de salida en Indy tradicionalmente es de 11 filas de 3 autos, desde 1912, pero a veces han aceptado algunos más.
  • AJ Foyt fue el primero en ganar cuatro veces, su número 14 está retirado y sólo él puede usarlo.
  • Hay 20 millones de dólares al que pueda ganar la Indy 500 y la Charlotte 600 /(de NASCAR) que se corren el mismo día.
  • Tony Stewart –bicampeón de NASCAR y campeón de la IRL– completó la Indy 500 y la Charlotte 600 en 2001, 1100 millas totales.
  • El trofeo de la Indy 500 desde 1936 es el Borg-Warner en el cual están esculpidas las caras de los ganadores.
  • La pagoda originalmente era de madera y fue reconstruida con mayor altura y materiales modernos.
  • AJ Foyt, Al Unser y Rick Mears tiene cuatro triunfos; por equipos Penske lleva 15, en motores Offenhauser tiene 27.
  • El ganador de la Indy 500 bebe leche por tradición –y patrocinio– en apoyo a los granjeros de Indiana desde 1936.
  • En 70 ocasiones el triunfador de la Indy 500 ha sido estadounidense, otras 25 veces, extranjero.

Mónaco: la joya de la corona de la F1

El Gran Premio de Mónaco es LA carrera. La de mayor reconocimiento la más difícil y la más prestigiosa, aunque paradójicamente es la más corta del calendario. También es la fecha más cara de la Fórmula Uno en cuanto a boletos de entrada, o si tiene otro tipo de alojamiento, su anclaje de yate es seis veces más caro que el de Valencia o Yas Marina, como comparación.

Se inició en 1929 cuando Anthony Noghes consiguió el apoyo del Automobile Club de Monaco (ACM), cuyo fundador era su padre, Alexandre Noghes. La consideración original era tener un evento en su territorio, pues aunque ya habían organizado el primer Rally de Montecarlo en 1911, se les consideraba un club regional francés.

En el primer Gran Premio, la atracción principal era el piloto local, Louis Chiron, quien finalmente no pudo competir pues ya se había comprometido para la Indy 500, que se disputaba el mismo fin de semana, y el primer vencedor fue “Williams” un piloto inglés sobre un Bugatti 35B. Chiron competiría en 1930, quedando segundo y ganaría en 1931, único nativo en lograrlo. Y Mónaco se convirtió en la fecha de apertura de los campeonatos europeos –pues mayo era un mes frío todavía en el norte del continente– con lo que su importancia creció. Y a los pilotos les encantaba el reto de correr sobre las aceras para cortar una curva y pasar por el túnel a toda velocidad alumbrados apenas por unos cuantos focos, por lo que determinaron que era el circuito más retador en cuanto a precisión y muchas otras ciudades intentaron emularlo con trazos callejeros, sin lograrlo.

En 1933, el GP monegasco fue la primera carrera de su tipo en la que la parrilla se decidió por los tiempos de práctica y no por un sorteo que asignaba los lugares aleatoriamente a los participantes. Pero también fue el primero en negarse a aceptar las exigencias del campeonato europeo y en 1938 no se corrió pues no querían pagar 500 libras de premio de arranque a cada uno de los pilotos de los equipo grandes.

La calles del principado no volvieron a oír los motores rugir con furia hasta terminada la I Guerra Mundial, en 1948, cuando se celebró un evento de la nueva categoría llamada Fórmula Uno, que fue ganado por Nino Farina, aunque el Príncipe Luis II, gran benefactor de las carreras, murió antes de la edición de 1949 y provocó la cancelación por luto oficial.

Pero en 1950, con la creación del campeonato mundial de F1, Mónaco fue incluido y se pactó después del GP inglés que abría el campeonato. El ganador fue Juan Manuel Fangio, pero Chiron quedó tercero a los 51 años de edad y seguiría corriendo para la segunda versión de F1 en 1955, cuando se convirtió en el hombre más viejo en arrancar un GP de Fórmula Uno y también en acabarlo, pues quedó sexto. Esa carrera es famosa porque en ella el bicampeón Alberto Ascari se fue al puerto tras salirse después de la chicana, pues no existían las barreras protectoras de hoy en día, ni la aglomeración de yates que se da cada año en el fin de semana de carrera y que provocan que se diga que se puede cruzar la Marina de Mónaco de lado a lado sin pisar el agua. 10 años más tarde el australiano Paul Hawkins lo imitaría, en un Lotus, siendo el último piloto de F1 en meterse a nadar con todo y auto.

Pero el primer gran héroe de Mónaco fue el bicampeón mundial inglés Graham Hill, el ganador de la carrera en los años de 1963 a 1965 y 1968 y 1969, quien con BRM ganó los tres primeros y con Lotus los dos siguientes, creando una imagen reconocible para la carrera y adquiriendo el apodo de ‘Señor Mónaco’ en el proceso. Hill fue un gran piloto, pero su talento trabajado se adaptaba perfectamente al repetitivo trazado callejero y se convirtió en el rey de Mónaco y embajador de la F1 con sus triunfos en la carrera más glamorosa del calendario, y de paso ganó también la Indy 500 y las 24 Horas de Le Mans para ser el único hombre que ha conseguido la Triple Corona del Automovilismo.

Pero Mónaco también fue la sede en esa década mágica para Hill, de uno de los accidentes más brutales que se recuerdan cuando Lorenzo Bandini iba segundo en 1967 y cansado con 20 vueltas por correr y su equipo lo acicateaba para que alcanzara al líder, Denny Hulme. El italiano cometió un error en la chicana, tocó el borde de la banqueta y su auto se volcó, incendiándose y los autos pasaban a sus lado en plena competencia sin saber que Lorenzo se quemaba vivo. Pasó tres días en hielo en el hospital antes de perecer por las quemaduras de 95% del cuerpo. Eso provocó que la carrera fuera acortada 80 giros y luego a 78 cuando se revisó el trazado, pues es agotadora por todos los cambios de velocidad que se efectúan, que han ido subiendo en número pues ahora las cajas son de siete cambios cuando antes eran de cuatro o cinco.

En los siguientes 15 años no hubo un piloto dominante en Mónaco, aunque varios resultaron vencedores dos veces, pero en 1984 inició la década Prost-Senna, pues en los 10 años que la formaron solamente estos dos campeones lograron vencer en el circuito callejero, seis veces el paulista y cuatro el galo, con nueves de esas victorias siendo para McLaren y la de 1987 de Senna en Lotus, su primera.

Fue una época única de gran dominio de dos pilotos, pero de una paridad sorprendente si se considera que ambos ganaron más de 40 Grandes Premios en ella, corriendo como rivales, pero también como coequiperos, y Senna vivía en el principado cuando estaba en Europa, aunque siempre regresaba a Brasil en las vacaciones. Fue quizás la etapa de mayor brillo de Mónaco en la historia.

Después vendría la era Schuamcher, pero el alemán, que tiene casi tantos GPs ganados como Senna y Prost juntos, solamente ganó ahí cinco veces, y una de ellas en su período de dominio absoluto en Ferrari que le dio cinco títulos consecutivos, pero bien podría empatar a Senna este año como el mayor ganador en Mónaco, si su Mercedes sigue mostrando la gran mejora que ha significado su innovativo –ilegal dicen otros– sistema combinado DRS-ducto F.

Sin embargo, Mónaco no es sólo territorio de los grandes campeones, pues la cantidad de accidentes siempre es alta, por las barreras cercanas y desesperación que acarrea seguir a alguien durante muchos giros sin poderlo rebasar.

Además, los locales saben desde tiempo inmemorial que si el viento sopla desde el mar el sábado por la tarde, el domingo habrá lluvia y las condiciones cambiantes se dan cada ciertos años. Así triunfó en un diluvio Jean Pierre Beltoise en 1972; Olivier Panis sorprendería aguantando a que sus rivales se eliminaran en 1996, mientras que Jarno Trulli lo haría en 2004, siendo el único triunfo de estos tres pilotos en sus carreras de F1.

Si hoy quisiéramos hacer una carrera en Mónaco sin la historia previa no se permitiría por razones de seguridad, logística y económicas –Mónaco es el GP que paga una suma mínima a Bernie Eccestone dada su importancia histórica– pero con su reputación cimentada desde hace más de 80 años, la F1 regresa año tras año, porque es LA carrera.

Memorables

  • El GP de Mónaco se ha disputado 69 veces desde 1929, pero las calles callaron de 1938 a 1947 y en 1949, 1951, 1953 y 1954.
  • El GP de Mónaco de F1 se corrió por primera vez en 1950 y luego desde 1955 a la fecha, 58 ediciones en total.
  • Los seis campeones mundiales en la parrilla 2012 han ganado el GP de Mónaco
  • Graham Hill fue el primero en ganar cinco veces en Mónaco y su apodo era ‘Señor Mónaco’.
  • Dos pilotos –Juan Pablo Montoya y Graham Hill– han ganado el GP de Mónaco y la Indy 500.
  • Cuatro pilotos –Hill, Jacques Villeneuve, Jim Clark y Mario Andretti – han ganado el título de F1 y la Indy 500.
  • El trofeo del GP de Mónaco es una estilización alargada del circuito callejero
  • El GP de Mónaco no tiene un podio como tal, los pilotos van a la tribuna real y son premiados ahí.
  • Ayrton Senna es el ganador máximo en Mónaco con seis triunfos y McLaren tiene 15 como escudería.
  • El gobernante es Su Alteza Serenísima, el Príncipe de Mónaco.
  • En Mónaco hay unos 65 cambios de velocidad por vuelta, lo cual da más de 5,000 cambios en un GP típico.