Regresando al DTM por primera vez en el siglo XXI, BMW viene, ve y vence.

La campaña 2013 del DTM constó de 10 fechas y por primera vez en el siglo naciente dejó de ser una batalla de Audi contra Mercedes –en la cual a veces terciaba Opel sin mucha suerte– por la llegada de BMW, ausente casi dos décadas de la serie de turismos más importante del mundo.

Nadie esperaba mucho de la firma de Munich, acaso una victoria para no irse en blanco, pero todos creían que la batalla sería entre los de Stuttgart y sus estrellas de tres picos contra los de Ingolstadt y sus cuatro aros.

BMW se armó bien contratando al campeón Martin Tomzcyk –enojado porque Audi lo había relegado a un equipo de autos de modelo anterior en 2011– y al canadiense Bruno Spengler, durante años contendiente al título con Mercedes terminando entre los tres primeros tras caer del liderato al final de las campañas; pero tenía sólo otros cuatro autos, que lo colocaban en desventaja frente a los ocho que presentaban cada uno de sus rivales.

La campaña comenzó con Mercedes y Gary Paffett ganando en Hockenheim para la apertura, obteniendo más puntos que sus dos rivales juntos, pero Spengler se llevó la victoria en la segunda fecha para BMW y aunque Paffett volvió a ganar en Donington y consiguió su cuarto podio al hilo en Austria cuando ganó Mortara para Audi, el campeonato mostraba que el equipo más débil era Audi, no BMW, aunque a media campaña seguía dominando Mercedes, que ganó la quinta fecha con Jamie Green.

Pero Mercedes no volvió a ganar, se fue en blanco la segunda mitad, y sólo la victoria de Mortara en Zandvoort evitó la barrida de los BMW con tres victorias para Spengler y una más para el brasileño Augusto Farfus, lo cual llevó al título al norteamericano y a ser el novato del año al sudamericano, mientras BMW de robaba el título de constructores pese a llegar tercero a la ronda final, gracias a meter a cinco de sus seis pilotos en los puntos en el cierre en Hockenheim.

Para Audi el golpe fue brutal pues una ventaja cómoda de 31 puntos sobre Mercedes al arrancar en la ronda 10, terminó en déficit de 11 tantos frente a BMW al ondear la bandera a cuadros. Para culminar la obra, el campeonato de equipos fue para el Schnitzer de BMW (Spengler y Dirk Werner) con un cierre feroz.

Funcionó el Plan B para Bruno, pues BMW le dio una A que Mercedes nunca le había permitido alcanzar.