Una falla de motor evaporó la esperanza de ver a Sergio Pérez en el tercer lugar del Gran Premio de Bahrein de F1.
El mexicano se caminaba a su segundo podio consecutivo de la campaña este domingo en Sakhir, hasta que el Mercedes de su Racing Point expiró a cuatro vueltas de la conclusión.
Así, Pérez abandonó por primera vez un Gran Premio desde Singapur en 2019, es decir, hace 19 competencias.
«Un día como hoy es difícil de digerir, para mí, para mi equipo», comentó. «Es extremadamente doloroso para el campeonato. Esos puntos fueron extremadamente valiosos para nosotros y pueden marcar una gran diferencia al final de la temporada».
«Todo estaba totalmente bien. Tuvimos una carrera tremenda, un ritmo tremendo, la teníamos totalmente bajo control».
Pérez había realizado un fin de semana sin errores, en el que magnificó sus posibilidades de podio tras una calificación muy buena, en la cual se ubicó en quinto lugar.
En la arrancada, tomó ventaja de la zona limpia para superar a Alex Albon y a Valtteri Bottas, manteniéndose en todo momento en tercera ubicación, alejado del tailandés de Red Bull. Además, su equipo elaboró cambios de neumáticos sin errores.
No obstante, fue la planta de poder la que traicionó el mexicano en la recta principal; aunque intentó completar el giro, se estacionó en la recta trasera.
Al final, en perspectiva, considerando el accidente de Romain Grosjean, el resultado fue lo de menos.
«Esos puntos eran extremadamente cruciales para nosotros, así que perderlos todos fue un golpe grande. No lo vi venir», dijo.
«Pero hoy se vuelve un poco irrelevante, un podio más, uno menos, es igual. Creo que lo (más) importante de hoy es que Grosjean está bien, fue un accidente muy duro de ver y es lo importante del día».