Fue presentado durante la edición 2018 del Festival de la Velocidad de Goodwood. Este pequeño monstruo de Nissan es tan sólo un prototipo, pero anticipa las formas que tendrá cuando sea “fabricado en serie”. Si esto ocurre, se producirían no más de 50 ejemplares con un precio estimado de un millón de dólares.

Sería fabricado a partir del Nissan GT-R NISMO, sobre el cual Italdesign haría cambios estéticos tanto en el exterior como en el interior y, evidentemente, en el apartado mecánico. Lo primero que llama la atención es un frontal gigantesco pintado en dorado que enmarca la parrilla, así como un labio frontal nuevo y prominente en fibra de carbono. Además la altura de la línea de techo se ha rebajado a 54 mm y la parte trasera –pintada en el mismo tono dorado que la trompa– fue rediseñada por completo, incluyendo las calaveras que ahora están en relieve, muy al estilo italiano como las de un Ferrari… (claro, Italdesign).

Atrás también destaca un difusor enorme que integra dos salidas de escape, frente a las cuatro del NISMO, y va rematada por un alerón gigante que se puede ajustar eléctricamente. Asimismo, se han añadido unos rines de diseño específico de 21 pulgadas sobre los que van montadas llantas Michelin Pilot Super Sport de prestaciones muy elevadas.

Esta solución visual de acentos dorados presentes a lo largo y ancho de la carrocería se mantiene en el interior, con detalles en tablero, las salidas del aire acondicionado y las puertas. Por su parte, el habitáculo presenta una combinación en fibra de carbono y Alcántara, tanto en el tablero, en la consola central, el volante y los asientos. Destaca el cuadro de instrumentos completamente digital
–muy al estilo Racing– completamente enmarcado en fibra de carbono.

Bajo el cofre este Godzilla peculiar presume tanto cambios mecánicos como estéticos. El conocido motor V6 biturbo de 3.8 litros y 600 caballos que emplea el GT-R NISMO (de código VR38DETT), eleva su potencia hasta 720 caballos, mientras que el torque alcanza 575 libras/pie. Estas cifras engrosadas se consiguen gracias a los turbocompresores GT3 heredados de la competición. Además hay fierros nuevos al interior del motor: pistones, cigüeñal, árbol de levas e inyectores. La caja automática de embrague doble se mantiene, aunque con retoques en la gestión electrónica y refuerzos en el apartado de enfriamiento. La suspensión se sustituye por una ajustable firmada por Bilstein, completándose el conjunto con unos frenos Brembo de mayor capacidad y tamaño, con seis pistones en el eje delantero y cuatro en el posterior.

Un objeto de colección que seguramente será muy apreciado por los amantes del deportivo nipón, y es que como dicen, “la belleza reside en el corazón de quien la contempla”…

VÍCTOR ORTIZ