EL EQUIPO MERCEDES DE F1 SE ENCUENTRA ANTE UNA SITUACIÓN DE LUCHA INTERNA ENTRE SUS PILOTOS, QUE SON LOS ÚNICOS QUE REALMENTE TIENEN OPCIÓN PARA DISPUTAR EL TÍTULO MUNDIAL EN 2014, Y NUESTRO EDITOR DE AUTOMOVILISMO SUGIERE QUE ESO HARÁ MÁS ENCARNIZADA LA BATALLA… Y TAMBIÉN MENOS PÚBLICA
Nico Rosberg y Lewis Hamilton han sido amigos desde inicios del siglo, incluso fueron coequiperos de kartismo en 2000 con el equipo MBM.com, aunque Lewis es 5 meses y 20 días mayor, y luego en F3 con el afamado equipo galo ART Grand Prix, con el que obtuvieron títulos consecutivos en GP2, Nico en 2005 y Lewis en 2006, por lo que ambos brincaron a la Fórmula Uno al año siguiente a la obtención de su corona en la serie alimentadora de la máxima categoría.
Nico es hijo del ex campeón Keke Rosberg (1982), mientras que Lewis es hijo de un camionero londinense divorciado. Uno vivió desde pequeño en Mónaco, habla cinco idiomas y está aprendiendo finlandés por la nacionalidad de su padre y sus raíces; el otro vivió en Hertfordshire con su madre aunque a los 12 años se mudó con su padre pues ya empezaba a irle bien en los karts, y habla inglés y algún dialecto derivado del hip-hop. Uno tiene una novia que es consultora de diseño, el otro una novia cantante de pop, pero el moreno ya ha sido campeón del mundo, mientras que el güero no, pese a haber debutado un año antes en la F1.
Nico se ganó fama de piloto rápido, pero suave –de eso venía, en parte su apodo de ‘Britney’–, que no oponía mucha resistencia ante el rebase, aunque teniendo un Williams, no era mucho lo que podía hacer. Por el contrario, Lewis se labró la reputación de ser un duro en la pista, sin respetar la jerarquía de su primer coequipero, el bicampeón Fernando Alonso, y pasarlo era siempre una aventura que podía terminar en las bardas, pues tenía un McLaren, uno de los mejores autos disponibles, y constante ganador. En 2010 cuando Mercedes –ausente desde 1955– anunció su regreso a la F1 comprando al equipo Brawn, Nico fue elegido para acompañar al heptacampeón Schumacher y pronto demostró su valía batiendo al veterano decisivamente en los tres años que fueron coequiperos. Mientras tanto Lewis batallaba con el campeón Jenson Button (2009 con Brawn) en McLaren y poco a poco fue perdiendo su control sobre la escuadra inglesa ante otro inglés igual de bueno que él en la pista, pero más ducho en socializar.
Para Lewis era hora de emigrar y en 2013 se volvió a reunir con Nico en Mercedes, y terminaron el año en cuarto –Lewis– y sexto –Nico– aunque el germano tuvo más victorias que el británico. No hubo roces en la pista, ni fuera y seguían siendo tan amigos como siempre, o eso se veía. Pero llegó 2014 y el Mercedes se convirtió en el auto a vencer. Nico ganó la primera del año cuando el W05 de Lewis falló y el teutón se quedó sólo para darle el triunfo a su escuadra. Pero vino Malasia y Lewis se desquitó al ganar desde la punta, aunque Nico le siguió de cerca para quedar segundo.
El tercer round se dio en Bahrein y ahí empezaron los roces no visibles, cuando Lewis apretó a Nico en la Curva Uno en su batalla un par de veces, y luego este aumentó el consumo de su auto al máximo permisible en la batalla final de los últimos dos giros para intentar quitarle el liderato, aunque no lo logró. Eso iba contra las reglas del equipo y Lewis protestó, pero tras ganar en China por tercera fecha al hilo –en otro 1-2 con Nico– Lewis fue el que usó el modo superior de su motor para conservar su ventaja frente a Nico, quien lo alcanzaba, y eso también estaba prohibido en el equipo. Ahora era Nico el que estaba molesto y protestó. Lewis se disculpó.
Llegó Mónaco, donde Nico ganó en 2013 y en la Q3, tras la primera corrida el alemán estaba adelante del inglés. En la segunda corrida ambos salieron a dar todo y Nico se pasó al frenar a Mirabeau, bloqueó y tuvo que irse por el escape para no chocar. Hubo banderas amarillas y Lewis, quien había roto su mejor registro en el Sector 1, levantó con la vuelta arruinada y no logró obtener su quinta PP, en el circuito en el que más importaba. Llegó quejándose a la conferencia de prensa, reclamó todo lo posible y los comisarios, encabezados por Derek Warwick, a evaluar la telemetría del W05 de Rosberg no encontraron problema alguno con la versión del piloto germano y no lo sancionaron.
Cuando perdió la carrera al día siguiente, en el quinto 1-2 consecutivo de su equipo, pero primero con él detrás, el inglés armó un sainete por haber sido “robado” del triunfo, aunque pocos fueron los que creyeron en el supuesto robo. Y Lewis además apeló al espíritu de Ayrton Senna diciendo que iba a actuar como lo hizo el brasileño con Prost, en adelante, lo cual no se entendió bien pues Nico distaba tanto de ser Prost como Lewis del paulista, en caso de que se refiriera a la guerra civil de 1988-89 en McLaren. Y los periodistas recordaron una entrevista dada a por Lewis días antes de Mónaco en la que argumentaba que él estaba más hambriento que Nico pues venía de las calles y no de una niñez de lujo, y presumiblemente eso lo hacía tener más ganas y ser más merecedor del título. Lewis lo negó, dijo haber sido “malinterpretado”, pero cuando Nico se disculpó por arruinarle la vuelta final de la Q3, Lewis no aceptó la disculpa.
Salieron de esa carrera sin hablarse y sabiendo que ambos podían sobrepasar los límites en su afán de ganar, pero la directiva del equipo habló con ambos y ellos plancharon sus diferencias, al menos en el papel, antes de llegar a Canadá, donde Nico volvió a batir a Lewis por la PP. Y en la arrancada en cuanto Lewis intentó el rebase en la Curva 1, Nico cerró la puerta, tomó su línea y mandó a Lewis al pasto, para que se le quitaran ideas. Ambos tuvieron problemas, pero Nico se adaptó mejor y tiene 22 puntos de ventaja en el campeonato cuando va un tercio disputado.
La guerra civil ya empezó, en su fase de guerra fría está en su apogeo, pese a que los directivos de Mercedes encabezados por Niki Lauda y Toto Wolff, están al pendiente de la batalla y de la imparcialidad en la misma, sin órdenes de equipo. Los mecánicos, los ingenieros, y hasta los choferes de los camiones que llevan el equipo a cada carrera, ya han tomado bandos y saben que las hostilidades abiertas no tardarán en mostrarse nuevamente, pues ambos pelean la punta y el título entre ellos y no hay un tercero en discordia que sea amenaza para obligarlos a la mesura. Y ya hay una víctima en esta guerra: la amistad de Nico y Lewis, que nunca será la misma aunque las relaciones públicas digan lo opuesto.