En Mercedes identifican todos los factores que hacen que su enfoque continúe en seguir trabajando en el desarrollo de su auto 2023, con la confianza de dar un paso significativo en 2024.
Parte de las derrotas en los dos últimos Mundiales de Constructores se debió a la idea errónea de diseño de autos en la casa de Brackley, al tener un monoplaza sin pontones laterales, algo que se solucionó cuando James Allison volvió a tomar la jefatura de la Oficina Técnica.
Pero desde entonces, no sólo el dominio de Red Bull es el obstáculo para que vuelvan a luchar por victorias, sino la competitividad de los autos a una sola vuelta, que ha visto a sus pilotos Lewis Hamilton y George Russell quedar fuera de la Q2 o Q3 en algún punto del Mundial, y las altas y bajas de Ferrari, Aston Martin y McLaren los domingos.
Por ello, esperan que el esfuerzo por seguir implementando mejoras en esta parte final de Mundial contribuya a que su arranque de 2024 sea totalmente distinto al de 2022 y 2023.
«Trabajamos mucho para intentar resolver algunos de los problemas de este auto, para asegurarnos de que no los tengamos el año que viene», expresó Andrew Shovlin, Director de Ingeniería de Pista, durante el fin de semana del Gran Premio de Japón.
«Hicimos avanzar el auto que teníamos anteriormente, en 2022, que solía estar muy lejos en calificación, (pero que) en general corría un poco mejor. La actuación fue muy, muy específica de cada pista. Así que hemos mejorado algunas áreas».
«Los grandes problemas son que no somos lo suficientemente rápidos. Por lo tanto, necesitamos encontrar una buena cantidad de rendimiento para desafiar a Red Bull en particular».
«Pero la otra cosa es que el grupo ahora está muy cerrado. Si miran algunas de las diferencias que teníamos hace doce meses, puedes tener una posición de calificación decente, puedes ser cuarto o quinto en la parrilla, pero estabas a ocho o nueve décimas. Ahora bien, si haces eso, terminarás siendo desplazado en la Q1 o Q2».
«Así que hay mucho en lo que trabajar y ciertamente parte del trabajo consistirá en asegurarnos de que podemos darles a los pilotos la confianza en el auto que les falta en este momento. Y esa es un área grande. Tenemos algunos proyectos interesantes que ojalá salgan adelante».
La otra gran característica del modelo W14, de acuerdo con Hamilton, es que le resultó el más complicado de llevar a una ventana de rendimiento de neumáticos y de comprensión para desarrollar una puesta a punto específica, aunque no ha sido un contratiempo para obtener puntos en todas las carreras del Mundial hasta Japón.
Pese a que no descarta la posibilidad de Red Bull siga manteniendo la hegemonía el año entrante, el británico se mantiene esperanzado en que el esfuerzo de los dos últimos años sirva para revertir su sequía de victorias, la cual está cerca de cumplir un año.
«Nunca tiraremos el auto a la basura. Estos autos siguen siendo obras maestras, aunque no sean (los mejores)», explicó el heptacampeón mundial.
«No es el auto más rápido del mundo. Pero no, 2 mil personas han trabajado muy duro para construir estas cosas y seguirán siendo parte de nuestra historia y de nuestra curva de aprendizaje».
«Habrá partes que intentaremos cambiar, trataremos de aferrarnos a algunos de los aspectos positivos, porque siempre hay aspectos positivos, buenos y malos, y por eso estamos tratando de aferrarnos a los positivos».
«Y con la dirección nueva que tenemos, es demasiado pronto para decirlo que ser optimistas sobre el auto del próximo año, porque apenas estamos en el proceso de abordarlo. Pero tengo plena fe en que el equipo lo llevará en la dirección que necesita».
«Ha habido mucho aprendizaje en estos últimos dos años, así que si no lo hemos resuelto para el próximo año, obviamente seguiremos trabajando en ello. Pero espero que ellos lo logren».