La marca de la estrella ha nutrido su gama deportiva con la llegada del AMG GT-R, que se posiciona por el momento como su biplaza más poderoso, por encima del GT “normal”, y el GT-S. Se distingue por dos aspectos fundamentales: tiene fascias más prominentes y un alerón posterior que, además de incrementar ligeramente la anchura total del coche, permite un mayor apoyo aerodinámico. Por su parte, la parrilla “Panamericana” hace homenaje a los Mercedes de competición de hace más de medio siglo.
Lógicamente hay más potencia, ya que el V8 biturbo de 4.0 litros ha sido retocado para llegar a 585 caballos, que le bastan para llegar a 318 kph y acelerar de 0 a 100 kph en 3.6 segundos. En esta versión los frenos carbonocerámicos son de serie, mientras que el techo y las puertas son de fibra de carbono.
La suspensión tiene amortiguadores y muelles coaxiales (tipo Coilover) cuya precarga se puede ajustar manualmente. La dureza de los amortiguadores está controlada electrónicamente y el conductor puede elegir entre tres modos: Comfort, Sport y Sport Plus. La transmisión sigue siendo de embrague doble y 7 velocidades, en modo “Race Start” se puede conseguir la máxima capacidad de aceleración.
Estéticamente se agregan elementos exclusivos como el color exterior “AMG Green Hell Magno” del ejemplar de las imágenes, que rinde tributo al “infierno verde” de Nürburgring, en donde fue puesto a punto.
