Con motivo del 50º aniversario luctuoso de Pedro Rodríguez, CARLOS JALIFE, Biógrafo Oficial de los Hermanos Rodríguez, enlista los mejores triunfos del legendario piloto mexicano en su trayectoria.
No. 7: 1000 Kilómetros de París – Ferrari 250 GTO – 22 de octubre de 1962
El miércoles 18 de octubre, Pedro y Ricardo Rodríguez salen rumbo a París. Luigi Chinetti se les une en la escala en Nueva York y les platica las noticias más recientes de Maranello, que incluye una rebelión de personal, el despido de varios pilotos y la ausencia del equipo oficial en París.
Les comenta aparentemente no habrá más de dos autos y quizás un tercero en algunas carreras de F1 para 1963 y que Ricardo definitivamente tiene un asiento y Pedro podría tener el tercero si se decide y actúa pronto, pues John Surtees parece que obtendrá el otro asiento titular. Ricardo está encantado con la idea pero Pedro, como siempre, quiere pensar y no tomar decisiones precipitadas.
Llegan a París el jueves y en lugar de ir al George V como acostumbran, se van a un hotel menos caro pues están ahorrando por los gastos del GP mexicano. Se van al autódromo de Linas-Montlhery, la recorren a pie y revisan su auto, un 250 GTO inscrito por Chinetti, marcado con el número 1 como corresponde a su condición de ganadores de la prueba en 1961.
No está la familia, pero los acompañan los Behra, José y Nicole, su familia francesa. Entre los rivales con autos iguales están Mike Parkes y Surtees, el GTO de la Scuderia Republica de Venezia, para Colin Davis y Ludovico Scarfiotti y media docena más de franceses y belgas, entre ellos Willy Mairesse, otro que está en el limbo con Ferrari. Del resto destaca Jim Clark, quien corre con Sir John Whitmore en el Aston Martin DB4GT Zagato del equipo Essex.
El viernes los hermanos salen a la pista y Pedro, pone un tiempo abajo de los tres minutos y luego instruye a Ricardo acerca de problemas potenciales. Ricardo sale y baja el tiempo de Pedro. El sábado Ricardo marca el mejor tiempo y obtiene la PP para los 1000 Kilómetros. En la noche platican con Chinetti y este les comenta que Parkes es contendiente al puesto de probador, pues es ingeniero y lo aprecian. No lo dice, pero les marca que los enemigos a vencer, dentro y fuera del asfalto, son Surtees y Parkes.
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Al día siguiente se van a misa tempranito, desayunan y luego parten a la pista. La salida no va a ser tipo Le Mans, sino lanzada, y ellos calculan que tardarán poco más de 6 horas en recorrer los 1,000 kilómetros de carrera equivalentes a 129 vueltas al circuito largo. Creen que deberán parar tres veces a recargar combustible y deciden que Ricardo cierre y Pedro abra con cambios intermedios después de cada hora y media de carrera, unas 32 vueltas aproximadamente.
Antes de la arrancada Pedro le da la bendición a Ricardo y luego Ricardo a él y se abrazan deseándose suerte. Ricardo está nervioso, pero Pedro le dice ‘Te lo dejo en primero, no te preocupes’ y se sube al auto mientras Ricardo lo acompaña hasta la pista y se regresa cuando los autos se alejan siguiendo al insignia.
Cuando éste entra a los fosos, Pedro se pone al frente del pelotón y encabeza la carrera manteniéndose en la punta frente a los embates de los otros GTOs, pues Clark tiene problemas y se retrasa. Pedro maneja tranquilo y, poco a poco, se aleja de todos con facilidad aunque Mairesse se mantiene en contacto visual con el mexicano.
Pedro para casi a la hora y tres cuartos y cuando Ricardo sale retoma el mando y para la vuelta 40 tiene casi un minuto de ventaja sobre el Ferrari de Mairesse y se aleja. Cuando Pedro toma el GTO nuevamente no hay enemigo a la vista; pronto alcanza a Mairesse y lo pone un giro atrás. Solamente quedan Surtees/Parkes en la misma vuelta y Pedro recorta más la distancia y para el giro 93 los lapea.
Cuando Pedro entrega el auto a Ricardo para el turno final los ingleses se deslapean. Ricardo sale a demostrar que no sólo van a ganar sino a dominar y aunque Chinetti le ha pedido que baje el ritmo, Ricardo reduce la ventaja hasta poner una vuelta atrás a lo ingleses en el último giro.
Los Rodríguez son los únicos en completar la distancia pactada y lo hacen en 6 horas, 21 minutos y 50 segundos a un promedio cercano a 158 kph. En los fosos celebran con alegría y Chinetti y Behra los abrazan llenos de emoción mientras Ricardo y Pedro se montan en el cofre del auto y son paseados frente a las tribunas.
Los Rodríguez reciben sus laureles en un podio para luego quedarse un buen rato en los fosos dando autógrafos y entrevistas al por mayor.
Ricardo es más solicitado que Pedro por ser piloto de F1, por lo que no deja de mencionar: “Quiero ser campeón del mundo. Pero mi hermano Pedro puede conseguir lo mismo y en los próximos años será mi rival más peligroso”; finalmente, los organizadores les consiguen una escolta que los saca de ahí.
Tal parece que la victoria fue de un dueto francés y al llegar al hotel los empleados forman valla y los reciben con aplausos. Ellos se van a bañar y ponerse elegante para la cena de premiación y en la noche comparten con Chinetti y los Behra la mesa. Cuando la fiesta se acaba, ellos se van con los Behra a seguir celebrando y regresan tarde a su hotel.
El martes vuelan de regreso a México, donde la recepción es impresionante. Los hijos triunfadores están de nuevo en casa.