El mercado de autos en México ha caminado a paso firme en los últimos años, llegando incluso a romper todo tipo de records (venta, producción y exportación) apenas el año pasado. En este 2016 se mantiene la tónica, pues de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz –AMIA-, marzo ha sido en ventas el mejor mes de la historia, con más de 116 mil vehículos comercializados en nuestro país.
Evidentemente todos los segmentos de autos colaboran para el resultado final, sin embargo, hay uno en específico que sigue creciendo sin parar y haciéndose cada día más y más popular: las SUV ligeras. Las ofrecen todas las marcas sin excepción, incluyendo a los recién llegados como Kia, que a su arribo vendió la tercera generación de Sportage como pan caliente, aun cuando el modelo se encontraba en la fase final de su ciclo de vida. Sus resultados comerciales empujaron a la marca a traer la cuarta generación a México prácticamente al mismo tiempo que en otros mercados de primer orden, como EUA y Europa, con una gama completa que busca, según la marca, hacerse de la primera posición. Ojo, parece un deseo muy ambicioso, pero no hay que olvidar que a meses de comenzar a venderse, la Sportage ocupa ya la quinta posición entre las SUVs favoritas del mexicano; de hecho está a nada de alcanzar a la Honda HR-V y escalar a la cuarta posición.
Visualmente luce atractiva y hasta agresiva. Su parrilla “tiger nose” es quizá el elemento más distintivo, al que le siguen las formas de los faros principales y las luces de niebla en la fascia delantera. De perfil se aprecian trazos más suaves, con pocos detalles en cromo (en marcos de ventanas). La parte posterior nos parece bien lograda gracias al remate en la base del medallón y la inclusión de las calaveras con iluminación LED. En la parte baja destaca el difusor con salida de escape doble.
La Sportage se ofrece en cinco versiones, tres las cuales tienen un motor L4 de 2.0 litros y 153 caballos, el mismo que montaba la generación anterior. La novedad es un 2.4 litros de 181 caballos que llega a las dos versiones más altas, una de las cuales dispone también de tracción en las cuatro ruedas. Todas tienen transmisión automática de seis velocidades y una buena dosis de equipamiento. De serie, todas las versiones tienen 6 bolsas de aire, ABS, controles de tracción y estabilidad, aire acondicionado, equipo de audio con entradas aux/USB, rines de aluminio, computadora de viaje, entre otros. Conforme se vaya escalando en las versiones se podrá optar por cámara de reversa, quemacocos panorámico, faros de xenón, sensores de estacionamiento, climatizador automático, rines de 18 o 19”, portón trasero automático, sistema de navegación, etc.
Al volante lo primero que destaca es la buena calidad de marcha, bien insonorizada y de sensación robusta. Colabora el peso correcto del volante y la desmultiplicación justa de la dirección. Sin ser un coche deportivo, nos parece que existe una buena retroalimentación de lo que sucede entre las llantas delanteras y el pavimento. Por su parte, la suspensión tiende a firme, especialmente con las ruedas de 19”, pero nada que comprometa la comodidad. Lógicamente, el motor de 2.4 litros se nota más capaz para acelerar y rebasar que el 2.0, y si bien para los más gustosos de la velocidad pudieran parecer algo justos, es verdad que el cliente objetivo de este tipo de coches encontrara suficiente capacidad en cualquiera de las dos opciones mecánicas. Sin embargo, no estaría nada mal que se ofreciera la versión turbo que existe en otros mercados.
La nueva Kia Sportage de cuarta generación ya está disponible en los concesionarios. Aquí sus versiones y precios:
2.0L LX, $319,900 pesos
2.0L EX, $359,900 pesos
2.0L EX PACK, $389,900 pesos
2.4L SXL, $419,900 pesos
2.4L SXL AWD, $439,900 pesos