En 2014, para celebrar 60 años de su llegada a Norteamérica, con los primeros autos que importó Luigi Chinetti desde Maranello en 1954, Ferrari editó un libro conmemorativo, basado principalmente en artículos y fotos de la revista oficial de Ferrari, que tenía 20 años en existencia, y su anuario que recopila lo mejor de los eventos ferraristas de cada año.

El libro es una preciosidad, ya sea que se quiera leerlo exprimiendo cada página para aprender un poco más de la marca del cavallino rampante, o se quiera hojear en la mesita de centro mientras se saborea un café. Es un libro que enseña cómo llegó Ferrari a América, sin mercadotecnia ni lanzamientos ni toda esa parafernalia moderna que acompaña a cualquier producto, sin dejar de poner a Ferrari por delante de los hombres que hicieron posible esa historia, tal como enseñó Enzo Ferrari, de quien se dice que siempre tuvo más cariño por sus autos que por su personal.

Todas las fotos, en especial las de página completa son espectaculares, quizás lo único que faltó fue mostrar un poco más de la herencia deportiva que estableció a la compañía de Maranello en la mente de los estadounidenses –y canadienses– desde hace seis décadas. Chinetti corría los autos para venderlos, antes de que se volvieran objetos de arte y juguetes de millonarios con sus precios estratosféricos, lo cual no debe olvidarse en el siglo del comercialismo y colgarse medallitas logradas a base de billetes y no de esfuerzo, necesariamente.

Sólo se hicieron 499 ejemplares, y la mayoría los regaló Luca di Montezemolo a personas importantes para la firma, pero se puede encontrar en eBay: ahí, aunque es caro, definitivamente lo vale.

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