Por Carlos E. Jalife Villalón

Jo Bonnier es un piloto sueco que sólo ganó un gran premio –el de Holanda en 1959– el primero de BRM en su historia. Pero el volante nórdico fue un piloto de élite durante tres décadas y se destacó por ser un miembro perenne de la directiva de la Asociación de Pilotos de Gran Premio (GPDA por sus siglas en inglés), y fue un cruzado por la seguridad en las pistas, aunque moriría en ellas paradójicamente.

Esta es una biografía que escribió en 1961, once años antes de morir en las 24 Horas de Le Mans y había permanecido virtualmente desconocida fuera de Suecia hasta que con motivo de su 40 aniversario luctuoso, la familia decidió traducirla y contó con el apoyo de la gente del Le Mans Classic (la carrera vintage que se efectúa cada dos años en Le Mans) y de Jean Marc Teissedre, el editor de AutoHebdo, quien además escribió una especie de epílogo en el que detalla su primera vez en Le Mans, precisamente en 1972, y luego relata los andares de Jo Bonnier entre 1961 y 1972.

El libro está escrito con una ingenuidad didáctica que te lleva a otros tiempos más nobles, más frescos, menos contaminados, cuando el deporte motor era más deporte y menos mezcla de intereses comerciales y políticos. Está redactado en primera persona y es amplio en anécdotas, no sólo las propias sino también de algunos otros competidores de la época y sirve para entender una era que nunca regresará: la de los caballeros del volante.

Lo único que le falta es tener más fotos del sueco para ilustrar su abundante carrera, pero es una adición apreciable a cualquier colección.